Por Ana R. Cañil
El final del 2010 fue fantástico. Me cayeron entre las manos un Iphone y ¡en Navidad un Ipad! Para una cincuentona como yo, parecer moderna ante hijos y amiguetes es un reto. Un esfuerzo ¡a veces tan cansado! Pero ahí estaba yo con mis cacharritos. Cada día dando un pasito más - bueno, no tantos. No hay más que ver las erratas que cuelo en el twitter o el cachondeo de las amigas cuando envío un sms desde el Iphone- como las hormiguitas. Todo iba bien hasta que llegó el duro invierno. Las que somos aficionadas a los guantes -ya sea por alergia, frío o coquetería o un poco de todo- descubrimos lo desesperante que es estar por la calle, con temperaturas bajo y cero y querer enviar un sms desde tu cacharro digital, por no hablar de escribir un twit o veinte líneas. ¡Me cachis en los puñeteros trastos digitales! Bolso en mano, sacar el aparato, quitarte los guantes, meterte el guante entre los dientes e intentar escribir algo coherente...¡en qué hora salimos de las cavernas! Hasta que, oh milagro, un día descubrí que me había puesto los mitones sin pensar en esos bestias del Iphone y el Ipad. Porque juro que he usado mitones incluso antes que el acartonado Lagerfeld. No podía dejar de compartir tal hallazgo, una nimiedad de esas que te alegra la mañana.
Había olvidado la promesa de contarlo hasta este fin de semana, cuando la nieve ha arreciado por el Norte de España y yo me he perdido en ella tan feliz. Los mitones me han dejado enviar todas las fotos que me ha dado la gana y al momento. ¿Quién dijo que yo era un desastre para la vida cotidiana con tal hallazgo, aunque haya sido por casualidad?Sólo que como era de esperar, cuando me he puesto a escribir tan brillante idea, ha venido la Portero y me ha dicho lo obvio. Que este hallazgo era ya viejo en la red. Claro, todo lo viejo que puede ser algo en internet. Y sí, está lleno de guantes para pantallas digitales. Los primeros que aparecen, como no, son made in China, concretamente de Shanghai; luego los ingleses de Fivepoint..
En fin, me niego a seguir con la propaganda gratis. Los más modernos, los míos con perdón. Porque además de los convencionales de lana que tengo, pienso cortar todos los guantes desparejados y de diferentes colores y usarlos.
Como dice mi hijo, ¡te pegan tanto los guantes de mendigo estándo en el paro!














