Por Pilar Portero
Algunos están metiendo el turbo en la maleta de Vuitton y eso que con la crisis lo que se estila es hacerse el ofendido o la ofendida si preguntas por las vacaciones. En este blog hemos sido inclementes con las fotos, disparando sin descanso a los políticos que nos rodean. Hoy te traemos a uno de los que más morbo despiertan en estos ambientes, Miguel Sebastián. Capaz de rebautizar a Solbes y a Vegara como Pedro y Vilma -Los Picapiedra- cuando eran el tandem económico del Gobierno.
A mi nunca me ha gritado, ni me ha enviado sms altisonantes, ni tan siquiera me ha mandado advertencias usando a un amigo de intermediario. Así que, a pesar del catálogo de usos y costumbres que circula sobre el ministro de Industria y que cualquiera que le trata relata, le pido tranquilamente que pose para mi. Acepta sin titubeos salir al patio del Congreso para que la luz natural evite que la imagen hecha en el interior vire a naranja perjudicando al retratado, aunque uno de sus fieles asesores insiste en que no dispone de tiempo. Cuento también con la complicidad de Fernando Moraleda y de su otro asesor, el simpático, que le arrastran fuera con naturalidad. ¡Que majos!
Sebastián, con el botón de la camisa desabrochado mira al objetivo mientras una pertinente brisa empuja la tela de su pantalón contra las piernas. La escena descrita podría resultar erótica pero en directo no exhala tanto sex appeal, ni el escote ni el contorno dibujado. El ministro está en forma. Ha debido someterse a una dieta para enfundarse el bañador, pero le falta ese puntito que te hace irresistible, al margen de la belleza. "Es un hombre coqueto. Agradece que le digas que ha adelgazado y captas la ilusión que le hace que alabes su atuendo. Se gusta mucho a si mismo, pero como nos pasa a todos, aprecia la opinión positiva de los demás", comenta un colaborador suyo.
La crítica es el denominador común en torno al que un día fue considerado el hombre con más influencia sobre las decisiones del presidente Zapatero -le señalan autor de los famosos 400 euros de ida y vuelta-. A veces, yo misma insisto a mi interlocutor de turno "algo tendrá bueno ¿no?". Y es que es sacar su nombre y emerger una corriente negativa. Los reproches parten del mundo empresarial, de su propio ministerio, del partido, de los que un día se consideraron amigos y hasta de su familia. Las razones me superan. ¿Es la envidia una explicación factible?
(Tariro, tariro...el escote del ministro en lucha contra "el despilfarro de energía")
"Su filosofía es 'estás conmigo o contra mi'. Exige adhesiones incondicionales y si no te la jura para siempre. Es extremo y voluble en el tema de los afectos. En privado, pierde mucho los papeles. En el ministerio son famosos sus ataques rozando la histeria", explica alguien que ha formado parte de su grupo de confianza. Un amigo del presidente Zapatero asegura que "es hábil porque ha logrado que nadie sepa muy bien hasta dónde alcanza su poder sobre Zapatero. Es sinuoso y por si acaso, le evitas".
Finaliza la foto y agradezco al ministro su predisposición mientras observo a Felix Larrosa, portavoz socialista de la comisión de Industria, enseñando el termómetro digital que le acaba de regalar el ministro. En la cruzada que comparte con su colega José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona y apodado 'Pocholo' por sus detractores, porque el aire acondicionado suba en grados, resultan esenciales los golpes de efecto como el termómetro y prescindir de corbata.
"Me molesta el exiguo respeto con que se refiere a los mayores, a la vieja guardia. A Pedro Solbes y a David Vegara les apodaba Pedro y Vilma -por el matrimonio Picapiedra-", relata otro ex colaborador. En caso de que sea cierta la imagen privada que proyectan de Sebastián algunas de las personas con las que ha trabajado, cuesta creer que hablen del mismo político al que vemos con una sonrisa ligera. El que sin un átomo de emoción habla de la subvenciones a las renovables como si jugara en otra liga. El amigo de Florentino Pérez o de Alierta, hasta que la coyuntura les separe, como ha sucedido con Galán (Iberdrola) o Brufau (Repsol), otros dos poderosos de los que era íntimo hasta hace nada. Yo sólo le conozco de vista y a través de lo que mis fuentes me cuentan. Pero se que le molan los jeans combinados con camisa o polo para el tiempo libre, la comida japonesa y bucear. Hasta ahí puedo leer... que diría Mayra Gómez Kemp en el 1,2,3.
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Éste y Sinde son de lo "mejorcito" de este gobierno. Han conseguido la dificilísima tarea de hacer buenos a sus predecesores (de uno y otro partido). Y ya era difícil, eh?.
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