Por Pilar Portero
Vuelta y vuelta, por favor. Yo lo prefiero a la parrilla. En vista del calor que se nos ha echado encima y antes de que nuestros políticos favoritos se derritan aprovechamos para mostrarles en su punto de ebullición. Esta semana con la nueva ley del aborto levantando ampollas, según dicen algunos, la ministra de Igualdad merece el honor de protagonizar nuestro humilde espacio.
¿Tu crees que está muy delgada? ¿Te parece guapa? Pues a mi me pone. Puede resultar una conversación superficial y vulgar pero es lo que hay. Y yo he participado en ella, en el pasillo del hemiciclo mientras la ministra más joven del Gobierno pasaba ante el grupo con el que departía. A ellos les gustaba, aunque de poder elegir hubieran preferido unos kilos de más, mientras nosotras nos rendíamos a la evidencia. Si, es atractiva. No voy a disculparme con los que consideran esta charla sexista. Porque sería tan estúpida como quienes miran con lupa a la titular de Igualdad para sacar de contexto una frase o una actitud con el sello de este ministerio transversal para usarlo en su contra.
La edad jamás me parece un impedimento para nada. Las ganas de comerse el mundo, la confianza en realizar nuevos y arriesgados proyectos se metamorfosea por obra y gracia de la experiencia en mesura, conocimiento del terreno y descreimiento. Lo ideal sería preservar el ímpetu y agitarlo con la lucidez de la madurez. Pero no se puede. Bibiana reune las cualidades básicas para enervar a todos aquellos que se consideran sobradamente preparados para ocupar su puesto. Es joven, mujer y la pusieron entre las manos una cartera vacía. El problema radica en que para llenarla es preciso arrancar competencias a los otros ministerios. Hablamos de pasta. Y eso es peliagudo.
A otros compañeros de Gobierno les dieron un presupuesto rebosante y en numerosas ocasiones anteponen el beneficio privado al público sin que nadie discuta su valía. Si Aído es lista o tonta, es el eterno debate que surge en cuanto se la nombra. Sobre todo entre gente de izquierdas e intelectuales. Los de derechas no albergan dudas. Su veredicto es: incompetente. Almunia la defendía en una entrevista el pasado domingo y son varios los colegas que han tenido ocasión de hablar más de dos palabras con ella a los que ha convencido de manera natural de que tiene más cabeza de la que se le atribuye. Yo la he tratado brevemente por motivos laborales y creo que en este Gobierno hay mentes menos solventes que la suya. Le cuesta relajarse y confiar. Normal. En cuanto abre la boca le crucifican. Y sabe, además, que es la comida preferida de los dinosaurios.
Su estilo es perfecto para comentar. No creo que alcance los 5o kilos, sus preferencias son actuales y hay que reconocer que acierta. En la foto se la nota cómoda con el vestido de seda, tan liviano como ella. Le gusta marcar figura sin ajustar en exceso y la imagino en minifalda de marcha por la noche. Un detalle: los zapatos de taconazo son su prenda fetiche. Siempre los elige sexys y que le abracen el tobillo.
Otros políticos con estilo propio:
El estilo de los políticos: Ana Oramas
El estilo de los políticos: Celestino Corbacho
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viernes, 9 de julio de 2010
El estilo de los políticos: Bibiana Aido
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Lo de que "en este Gobierno hay mentes menos solventes que la suya" no aclara mucho, Portero.
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