Por Pilar Portero
Son políticos. Pero no por la gracia de Dios, sino por la de los hombres. Vamos, que hoy les votas y mañana, no. Sólo tienen que cumplir las cláusulas del contrato. Parece sencillo. Al fin y al cabo es lo mínimo que se exige a cualquier currante. Aquí les damos un repaso por encima. Y de paso agradecemos que posen con tanto garbo para este humilde blog. Hoy, el ministro revelación mira a nuestra cámara. Con todos vosotros, Pepe Blanco.
Es un profesional hasta cuando le retratan. "¡Pepe! ¿me dejas que te haga una foto?". Él está a punto de abandonar el Congreso y camina a paso ligero. Se para en seco y me pregunta "¿para dónde?". Entonces adelanta ligeramente la pierna izquierda y alinea los brazos con el cuerpo mientras se yergue. Así resulta más esbelto. Mira fijamente y con una leve sonrisa indica que está listo. Disparo tres veces. Me fijo en el corte impecable de su traje y en lo encajado que le queda. Sujeta la cartera, esa que tantas envidias suscita, con soltura. Es como hubiese nacido para ser ministro. Y eso que hace una año, cuando sustituyó a Magdalena Álvarez en Fomento, nadie apostaba un céntimo por él.
Hasta entonces se le consideraba el perfecto político de partido, el tentáculo fiel de Zapatero en Ferraz. Algo así como un Alfonso Guerra en versión blanda. Con mano para la prensa. En los corrillos en torno a él en el Congreso era habitual que soltara pequeñas perlitas off the record. Nada del otro mundo pero Blanco las 'vendía' con tal intriga que parecía que estaba desvelando un secreto de Estado. Ahora hace menos pasillo porque tiene que lograr que Fomento sea un ministerio eficiente. "Hay que hacer más con menos, o como mínimo, lo mismo con menos. Además tiene que cambiar el modelo de transporte", explica un directivo de su entorno. Aún así sigue manteniendo un trato afable con la prensa. Si no le para ningún periodista, él mismo toma la iniciativa y saluda a diestro y siniestro. Controla el poder mediático y sabe utilizarlo.
Su golpe de efecto nada más aterrizar en el Ejecutivo fue meter mano al privilegiado colectivo de los controladores aéreos. Hay que reconocer que logró que el Congreso aprobara una ley para organizar el trabajo, el sueldo y la jubilación de este grupo de intocables en tiempo récord y con el apoyo de todos los partidos excepto IU. La estrategia para lograr dominar el espinoso asunto arrancó con una campaña perfectamente diseñada. Una vez creado un estado de opinión, el resto fue rodado. "Los números estaban ahí desde hace años pero ningún ministro se había atrevido. Es un político valiente. Ha sabido hacer equipo y lo que es más importante, te apoya en todas tus decisiones por difíciles que sean. Eso no es lo habitual", un relevante colaborador se refiere así a su gestión. Todo un piropo para alguien sin experiencia y sin un apabullante currículum académico.
Su savoir faire no es compartido por el mundo mundial. De hecho, algunos colegas de partido le siguen viendo como un oportunista nato. No valoran, por ejemplo, que haya domesticado a la lideresa popular llevándola a su terreno. "Su falta de estilo es tan evidente como sus chaquetas de terciopelo. ¿Es que no sabe que están pasadas de moda?". Envidias entre compañeros aparte, como ya contó aquí Ana R. Cañil, la cartera de Fomento es un trampolín para ser presidente, y eso que al número dos, el presi suele tenerle cogido por los huevos. Pepe Blanco no goza de las simpatías de los barones, eso es indudable y hasta su heredera al frente del partido, Leire Pajín aprovecha la mínima -léase Tomás Gómez- para resarcirse de algunos agravios, como por ejemplo cargar con las culpas del fracaso de las últimas elecciones gallegas. Sin embargo, él se limpia el hombro como quién se sacude la caspa y sigue adelante sin inmutarse.
De vez en cuando escribe en su blog, el cuaderno de Pepe Blanco. Un sitio sin grandes sorpresas pero en el que de vez en cuando se puede leer entre líneas. Una prolongación de su personalidad. Simula ser abierto cuando es introvertido. Y Disimula con un discurso anodino mientras despliega todas sus armas, camufladas por supuesto. Por ahora, va ganando la partida.
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viernes, 7 de mayo de 2010
El estilo de los políticos: Pepe Blanco
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Lo repito, la mejor sección del blog
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