Por Pilar Portero
Ahí estamos nosotros. Al borde del precipicio, con las puntas de los pies asomándose al vacío. Y allí, en su mundo, están los políticos. Emperrados en mantener posturas que poco tienen que ver con los urgentes intereses de los ciudadanos. Aquí, ya sabes, que les pegamos un repaso. Esta semana le ha tocado al vicesecretario general de comunicación del PP.
(González Pons en el pasillo de los cuchicheos del Congreso con su Hewlett-Packard bien amarrado)
No ha sido la mejor semana de su vida. El fracaso de la huelga de funcionarios ha hecho pupa a los sindicatos y González Pons que la apoyaba como si fuera uno más. Pero a las noticias se las lleva el viento o las machacan otras noticias. La velocidad de la información suaviza traspiés de este estilo. Y de medios y de internet, Pons intuye algo más que la media política nacional. Esteban escribe su propio blog. Y mantiene una página en Facebook que cogió con ilusión y de la que ya se ha desencantado. Hace no mucho me habló de su decepción con las redes sociales porque no les había sacado la utilidad que pretendía. Él sigue creyendo en Internet y le gusta rodearse de esos gurús que genera la red para alimentar sus conocimientos -aunque a veces sólo sirven para profundizar en los estereotipos-. Pons fue uno de los que más empeño puso en que el partido estuviese en la red y en probar suerte con quedadas y demás saraos propios de internet.
Ahora se mueve en tierra de nadie. Ni está en el círculo cerrado que Moragas ha construido alrededor del presidente, ni acaba de encajar en el grupo de confianza de Rajoy en el Congreso que encabeza Soraya Saénz de Santamaría. Pero como es un político hábil y se le da bien el eslalon, va sorteando las balizas. Asiduo a los programas de tertulias tanto en radio como en televisión, le tiene pillado el tranquillo a ese genero en el que se alza la voz para decir poco sin necesidad de demostrar que es cierto. Lo malo es que un día te das de bruces con Ana Cañil, mi colega de blog, que pasaba por allí y te pone contra las cuerdas.
Su elección del vestuario procura bastantes pistas. Para ir a trabajar le gustan los pantalones chinos en beige y las blazer con chaqueta y corbata aunque enseguida se quita la corbata cuando asiste a congresos o encuentros de partido y deja ver la camisa blanca con jugador de polo montado en su caballo bordado sobre el pecho de Ralph Lauren+vaqueros. Los zapatos siempre castellanos. Si está de libranza, se enfunda la cazadora vaquera y se deja barba de dos días en plan malote. De esta manera deja claro cuando sus palabras son oficiales o personales. Un juego que practican muchos políticos. Gracias a eso, quizá, ha salido indemne de la cremà valenciana.
Otros políticos con estilo propio:
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El estilo de los políticos: Cristobal Montoro
El estilo de los políticos: Mª Teresa Fernández de la Vega
El estilo de los políticos: José Luis Ayllón
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viernes, 11 de junio de 2010
El estilo de los políticos: Esteban González Pons
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Cañil le crujió. Ji ji ji ji.
ResponderEliminarCabezabolo González Pons. Vaya fulano...
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