jueves, 15 de julio de 2010

¿Y de lo mío qué?

Nota de las tu2is: Cuando hasta los ex ministros insisten en escribir en nuestro blog, algo raro debe estar pasando. Claro que ninguno ha sido tan perseverante como nuestro invitado de honor. Y como el que la sigue la consigue, aquí está en exclusiva un político -ya se que ahora trabaja en Price pero algunos nacen inoculados de por vida- del que hoy estamos aprovechando su criterio.


(Foto de Sofía Moro)

Por Jordi Sevilla

Es mi primera vez. La primera, desde hace muchos años, que sigo un Debate del Estado de la Nación desde fuera del Parlamento y la primera que participo en este Blog tan inteligente y refrescante. Así que entenderán mi nerviosismo. Y eso que desde el día anterior, ya todos sabíamos lo que iban a decir unos y otros, teníamos la experiencia de años anteriores y las expectativas sobre que aquello que aconteciera allí, afectara de forma positiva a nuestras vidas cotidianas eran, por decirlo suave, escasas.

Aunque a los jóvenes les parezca imposible y los menos jóvenes ya casi no lo recordemos, no siempre estos debates han sido así (Incluso les diría que la política, en general, se puede hacer de otra manera). A veces, han tratado de verdad sobre el Estado de la Nación y no tanto como ahora sobre el Estado de los Políticos de la Nación. Pero es que la partitocracia, anteponer los intereses del partido propio a cualquier otro, es algo que ha ido creciendo en los últimos años desde aquellas épocas en que fortalecer la democracia, lo de todos, anteponiendo los intereses generales, era lo predominante entre los políticos. Quizá por ello, ahora, según el CIS los partidos políticos han pasado a ser el tercer problema del país. Porque la partitocracia se conduce desde la confrontación permanente y en todo el campo: y tú más, pues anda que tu, yo estaré mal, pero mírate tú, etc, mientras que la democracia se gestiona desde el debate, pero en busca de acuerdos y de pactos.

Me niego a analizar el Debate como si fuera una confrontación entre gladiadores o una continuación de los partidos del mundial de fútbol. Que si ha ganado fulanito o zutanito, que si fíjate que golpe directo a la mandíbula le lanzó y que bien lo esquivó… si la política es eso para algunos, me apunto a la desafección creciente.

Lo que más se ha destacado, antes, durante y después ha sido la llamada “soledad del Presidente” (ya no del Gobierno, o del Grupo Socialista, porque es lo mismo). En parte fue una decisión consciente adoptada al principio de la legislatura cuando se prefirió no establecer pactos estables con ninguna fuerza parlamentaria. Eso da mayor sensación de inestabilidad teórica, pero también gran libertad de movimiento para el grupo mayoritario. Hasta hora, han sacado adelante todo lo que querían.

Pero además de buscada, la llamada soledad también ha sido sobrevenida. Solo que esta vez, se ha quedado solo frente a la nada. O casi. Me explico. A partir del momento en que Rajoy ha tirado la bomba de la petición de elecciones adelantadas (todo apunta que con el mismo resultado práctico que cuando pidió al Grupo Socialista que cambiara a ZP como Presidente) y la izquierda se ha apuntado a la bomba de la huelga general de los sindicatos, intentando ser su correa política, las dos grandes amenazas, a derecha y a izquierda, se han consumado. Y, ¿AHORA, QUE MAS LES QUEDA? ¿La moción de censura? ¿Una nueva pinza como la de Aznar y Anguita? Ya decía el Presidente Calvo Sotelo que, en política, la amenaza es más efectiva que la ejecución de la amenaza.

Los partidos nacionalistas, CiU y PNV son los únicos que se siguen debatiendo entre el ser y el deber ser. Decisión nada fácil pues es la primera vez que ambos se encuentran juntos en el Parlamento de la Nación, sin gobernar en sus Comunidades respectivas. Eso les lleva a un posibilismo tacticista en que, también ellos, antepondrán sus intereses electorales de partido a cualquier otra consideración.

Y si los representantes de los ciudadanos se preocupan sobre todo de sus intereses de partido, ¿Quién se ocupa de lo nuestro, de lo de todos, de los problemas de los ciudadanos? Si los políticos hablan a golpes de veinte segundos que es el titular mediático, perdiendo con ello sentido sus relatos, yo, que lo he sido y algo queda, haré lo mismo: ¿Y DE LO MÍO, QUE?

Siempre nos quedará esperar al próximo debate para ver si, al final, nuestros problemas encuentran respuestas complejas, aunque no quepan en un titular de periódico. Aunque les reconozco ser escéptico al respecto porque, hasta ahora, aquello que criticamos como ciudadanos, lo acabamos consolidando como votantes.

3 comentarios:

  1. Sr Sevilla, es Ud, en mi opinión, uno de los grandes sobrevalorados de este país. De hecho, permítame decirle que si Ud tuviera un mínimo nivel no se habría atrevido a comentarle a la periodista del Vanity Fair que iba a convocar a sus amigos para darles una cena (y la consiguiente barrila) para explicarles la experiencia vivida. Qué poco nivel XXDD!!
    Y el famoso tramo único del IRPF que Ud defendió contanto ahínco...qué fue de él? ¿No se averguenza ? Dejad que los neocons se acerquen a mi...

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  2. Chicas, queremos un post sobre los grandes sobrevalorados, ya!!

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  3. ¿Que Jordi Sevilla trabaja en el Price? Anda, no lo sabía...

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