Por Ana R. Cañil y Pilar Portero
"A petición de Economía se le ha nombrado consejero de Red Eléctrica porque es el asesor con mayúsculas del presidente". Así de claro se expresa un consejero de la gestora eléctrica con el que a partir del próximo día 20 compartirá mesa. Aunque donde no tiene rival es en el favor de Zapatero, tan fascinado con Boyer como en su día lo estuvo con Sebastián.
La vieja guardia socialista se ha quedado de una pieza. Ahora que toda una generación de socialistas menores de 40 manejaba nombres como los de Solana, Almunia o Solchaga, entre otros, como la próxima apuesta del presidente, les había vuelto a picar el gusanillo de volver a subir al escenario. Pocos reparaban en que el que se postulaba como candidato era Miguel Boyer. Un hombre que ha ido tan de por libre, que no ha tenido reparos en saltar de los brazos de González a los Aznar - fue patrono de FAES- y ahora a los de Zapatero, no cuenta con el respaldo de sus ex colegas, más fieles a sus principios ideológicos. "El siempre está con el Gobierno, sea cual sea", apunta un socialista.
Ni Elena Benarroch, ni Isabel Presley, ni Sonsoles Espinosa son las brujas que han urdido semejante unión. Por mucho que en casa de la peletera se hayan cocinado algunas de las tramas más jugosas de este país, en el affaire que dicen que viven el presidente y el ex ministro económico de Felipe no tiene nada que ver. Cuando la semana pasada preguntabas, dentro y fuera del Congreso, por enésima vez ¿Ahora quién asesora al presidente? Ganaba por mayoría Miguel Boyer. Y eso que otro Miguel, Sebastián, parece que está volviendo a conquistar a Zapatero. Elena Salgado, ministra de Economía, que miraba con desconfianza al hombre al que nunca se le apaga la bombilla -dado los resultados de sus geniales ideas, como los 400 euros por ejemplo- está dejando caer en su reducido círculo que Miguel la tiene impresionada. Seguramente para contrarrestar la realidad. Porque fuentes del sector eléctrico aseguran que 'su ministro' es un cero a la izquierda para ZP, con el que apenas se habla. Y eso que en la reducción de altos cargos, Sebastián sólo ha tenido que renunciar a un director general, David Cierco.
Las tesis económicas keynesianas de Boyer, a pesar de su fama de liberal, se han dejado sentir en los medios últimamente con más predicamento del que gozaba antes de saberse que era el niño bonito del presi. Su tribuna "Ganar dinero apostando al desastre", publicada el pasado 30 de abril en El País, es uno de sus hits parades en el que el apoyo al déficit y el optimismo le ligan al pensamiento zapaterista. Hasta que Bruselas se puso burra la semana pasada y nos obligó a tragarnos políticas sociales como aperitivo, Boyer decía en sus conferencias cosas como esta: "Lamento que estemos en esta fase de histerismo del déficit público". Igual ahora cambia de tercio.
lunes, 17 de mayo de 2010
Miguel Boyer, el último capricho de Zapatero
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