¿Ha recomendado a su peor enemigo para el puesto?, le preguntamos a Corbacho. Y él se ríe con ganas mientras abandona el Congreso, con la sensación de haberse quitado un peso de encima. Y es que, a pesar de los parabienes de la mayoría de los diputados, nadie ha llorado esta mañana en la despedida del ministro de Trabajo en plena votación de la Reforma Laboral. Desde las 9 hasta las 10,20 -que ha aparecido Zapatero- ha estado sólo en los bancos del Gobierno. Sin un ministro y casi sin diputados de su partido.
Por Pilar Portero y Ana R. Cañil
"Todos los que se han acercado han sido muy afectuosos y me han deseado cosas muy agradables en el terreno personal. El mejor ha sido Sánchez Llíbre que me ha dicho: a ver si ahora que te vuelves a Cataluña nos ayudas con el español". El sarcasmo del diputado de CIU sirve para saciar nuestra curiosidad porque desde primera hora veíamos el desfile de señorías que se acercaban al sillón azul del ministro en el hemiciclo como si le dieran el pésame. Cristóbal Montoro, titular económico del PP, le despedía con una sonrisa pero no alcanzábamos a leer en los labios, luego se acercaba Rafa Hernando... Hemos tenido que esperar a las 12 para que el propio ministro nos contará lo que le decían sus colegas tras el aplauso que le han regalado al terminar el pleno.
¿Quién cargará ahora con la cruz? Ramón Jaúregui, actualmente eurodiputado, con el que se ha especulado en los últimos días, dice sentirse preparado. Claro que Zapatero difícilmente premiaría al político vasco que tanto se revolvió en público y en privado cuando supo que le deportaban a Bruselas. A nadie le ha pasado desapercibida la relevancia veraniega que ha alcanzado Elena Valenciano. Su nombre ya sonó en la anterior crisis de Gobierno. "En la web del PSOE, hace sólo unos días, tu nombre figuraba en más titulares que el de Leire Pajín", le comentamos. "Ya sé por donde vas, pero no. No soy yo", se apresura a responder ella. Vuelvo a consultar la web y observo que han linkado el blog de Jaúregui. ¿Significará eso algo?
Aprovechando que MªTeresa Fernández de la Vega está especialmente locuaz, toda ella rodeada de periodistas, insistimos en "a ver si va darles a todos ahora el síndrome Corbacho a pesar de que Garmendia haya desmentido que vaya a abandonar también el barco". La Vice lo niega y afirma: "Nada de eso, estamos animadísimos y con mucha energía". Sin embargo, una fuente próxima al ministerio de Ciencia considera que "la filtración de ayer ha podido salir de alguien del entorno de Cristina, porque lo cierto es que está preocupada por su futuro. A nadie le apetece pasar por el mal trago de ser relevado, sobre todo si te mueves en un entorno tan empresarial como el de la ministra. Queda feo en tu expediente".
Tiene gracia que ser ministro de Zapatero se haya convertido en una profesión de alto riesgo en lugar de en una medalla para adornar el perfil en wikipedia. Como diría Jaúregui, uno de los que ha criticado al presi tanto como nosotras: Estamos preparadas para ser ministras. A ver si va a ser sólo González Sinde la que acepte como experiencia para escribir un guión.
jueves, 9 de septiembre de 2010
¿Es contagioso el adiós de Corbacho?
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