martes, 29 de junio de 2010

El populismo, contra la izquierda y la derecha

Ni socialdemocracia ni centro-derecha. El populismo alimenta nuestros miedos aprovechando la crisis económica y los estado-nación se cargan la globalización democrática. ¿Y tú haces algo, además de poner a parir a los políticos?
Por Ana R. Cañil

"La polarización de las posiciones políticas no es sólo ya de derechas o de izquierdas. Hay una polarización entre políticas racionales y políticas populistas; políticas que tiene que ver con el individuo, personales, o las que se dirigen a las emociones". Esas políticas que sólo quieren exacerbar los sentimientos, especialmente los miedos de la gente. Esos pánicos, alimentados en sus más bajos instintos son los que dan de comer a los populismos y arrastran a la radicalización. Por eso crecen los votos de la extrema derecha en Europa, como ha sido el caso de Holanda o Bélgica. Y con ellos, el racismo, la xenofobia, la homofobia.

El entrecomillado primero es de Joaquín Almunia, el vicepresidente de la Comisión Europa, que ayer desarrolló ese concepto en la presentación del "Informe sobre la Democracia en España-2010", que en este ejercicio se ha presentado bajo el título "Contra la desafección. La erosión de la confianza y el bienestar". Lo edita el Laboratorio de Ideas que dirige el ex ministro Juan Manuel Eguiagaray en la Fundación Alternativas.
Las cinco líneas que siguen al entrecomillado son un resumen de la idea expresada por Almunia, quien hizo un recordatorio importante. Hay políticos de la socialdemocracia y del centro derecha que comparten esa visión crítica contra los populismos, cada día más peligrosos porque en Europa traen recuerdos de una etapa brutal, las dos guerras mundiales del Siglo XX que tuvieron como caldo de cultivo sendas crisis económicas y el alimento del miedo mediante esas amenazas populistas. De allí nacieron los nazismo, fascismo, estalinismo. Llámalo como te dé la gana.
Aunque el vicepresidente de la UE no pudo ir tan lejos en la mención de la bicha y los riesgos del populismo, sí que ahondó más. Esos populistas hoy son los que apuestan por el poder del estado-nación frente a lo que debería ser la extensión de la globalización democrática. Como le corresponde a la corrección del cargo que desempeña, el ex ministro de Felipe González defiende que en la Unión Europea, dentro del Parlamento, lo que les une es la lucha contra esos populismos, aunque a veces, desde las naciones-estado nos cueste percibirlo. Pero tenía claro que los estado-nación, los nacionalismos exacerbados, ponen en peligro la globalización y nuestras democracias. Imperfectas, sí, pero lo mejor que hemos vivido los que tenemos ahora más de 45 años. Y lo único que conocéis y por eso lo veis lleno de defectos los que cumplís menos de 30 0 35.


La cuestión es ¿cómo sacar de la modorra a las nuevas generaciones -y a las viejas-. hartas y fáciles de inocular el virus populista cuando el paro nos abrasa y no llegamos a fin de mes? Con más política, mejor explicadas las medidas de ajuste, más proyección de la democracia, menos denostar gratis a los políticos, porque no todos son iguales. Un discurso imposible y poco creíble diréis un montón.
Se podría empezar por moverse contra la apatía o pasotismo. Sí, un término carca para los modernos. Esa actitud de una parte del personal que hasta cuando hay una tragedia como la de Casteldefells mantiene que ellos seguirán pasando por las vías, porque "Paso de todo". Y es que la política, aunque guste poco y harte, está ahí y es lo único que tenemos para pelear porque las cosas se hagan mejor. No basta con ir a votar una vez y luego desentenderse y asquearse, decepcionados. ¿Qué hacemos cada unos de nosotros, qué aportamos?
Las amenazas no son una broma. Están en la recamara de todos -y el que no las tiene es que es bobo a estas alturas- y oscurecen un futuro no tan lejano. Lo que no se puede expresar con la corrección política lo expresaban los norteamericanos en una encuesta, que el pasado domingo recordaba la gran Sol Gallego-Díaz en su tribuna. " El 58% de los ciudadanos de Estados Unidos cree que antes de que pasen 40 años volverá a haber una guerra mundial". Una tercera Guerra Mundial, con millones de muertos, como ocurrió en la Segunda y en la Primera.
Sí, sí, coña, catastrofismo , faltan 40 años. ¿Y a mi qué? Vale, lo que digáis, pero mientras la crisis avanza -aunque no la hayamos provocado nosotros- los parados tienen miedo a no tener trabajo, los que lo tienen a perderlo y todo es culpa de los políticos. Manido argumento ¿no? Quizá sería mejor empezar a pensar qué aportar, en vez de ridiculizar cada día las paridas de los hombres públicos. Sí, las dicen, pero no todos son iguales. Aunque claro, muchos estáis por encima del bien y del mal. Sois antisistema, pero con todos los gadget que os permiten estar conectados a los amigos que tenéis en todo el mundo.

2 comentarios:

  1. Gracias Ana, gracias por abrirnos los ojos un poco!!!

    Soy de los que tienen menos de 30, y está claro que todo va regular o mal, pero si eso molesta lo que de verdad acojona es imaginar lo que está por llegar. Ahora a pensar qué hacer, porque también estamos perdidos ahí...

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  2. A la pregunta...¿Qué hacemos nosotros, los de 30?? Al comprometido se le mira de lado, es un pesado, un protestón, sólo quiere llamar la atención. Te obligan a pasar, se admira el pasotismo, el consumo de cultura y tecnología, el resto paso de moda. Ahora bien, ante medidas populistas, todo el mundo parece ofenderse, intriga, malmete y se enfurece. Bueno por lo menos les sale la rabia por algún sitio, tienen sangre, no son zoombies, hay signos de vida. Aunque no sé que me da más miedo... casi les prefiero callados, inhertes. Gracias por tu post, bien cargadito de pasión, como se tienen que hacer las cosas, se tenga la edad que se tenga. La pena es que quien nunca lo ha sentido, nunca te entenderá, pero a estas alturas, seguro que eso ya lo sabes.

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