Los caballeros Jedi de ZP

¿Has visto la Guerra de las Galaxias? Entonces ya sabes que los Jedi -se pronuncia jedai- podrían salvar el sistema. Si les dejaran claro. Pero tener una notable formación, sentido de estado y olfato político despierta los suficientes recelos como para que te cierren el paso. Te presentamos a la 'generación after ZP', dispuestos a dejarse exterminar en aras del bien público antes que acabar arrastrados por el cortoplacista lado oscuro del emperador.

Por Ana Cañil y Pilar Portero
"No les denominéis los tapados de ZP porque acabáis con ellos. Cómo se corra la voz de que son más listos y están más preparados que la media del partido, les hundís". Así se expresa un ex ministro del actual presidente. Uno de los tantos a los que hemos preguntado sobre quiénes pueden ser el futuro después del líder, cada día más discutido. "Flaco favor les váis a hacer", comenta otro ex ministro de la vieja guardia. Con los nombres en la mano, los amigos nos piden silencio en torno a ellos y los enemigos, nos acusan de querer precipitar la decadencia. ¿De quién, de ZP o Rajoy? Pero como creemos en los Jedis, nos vemos en la obligación de sacarles a la luz.
David Vegara, Ignasi Nieto y Belén Barreiro.

David Vegara. Entre ese grupo que algún día podría llevar un toque de ambipur (aire fresco) a los socialistas después de la era zapaterista, el nombre más citado es el de David Vegara, el ex secretario de Estado de Economía de Pedro Solbes, miembro del PSC y desaprovechado por el presidente, que prefirió a Elena Salgado para suceder a Solbes, pese a que Vegara era un aval seguro en Europa durante la presidencia de la UE.
Es, a distancia, el peso más valorado por su experiencia. Pero era demasiado para el presi, que cada vez soporta peor a los que saben más que él, excepto si son mayores y ya están amortizados en el mercado de futuros, como De la Vega, Elena Salgado, o Rubalcaba. "Es un crack, el más completo de todos. Capaz de analizar en paralelo problemas muy complejos y de forma sintética. Todo aquel que ha despachado con él, se queda alucinado. Es pragmático y moderadamente liberal desde el punto de vista económico", asegura un inteligente colega.


Ignasi Nieto. Tras Vegara, el segundo más citado. Influye también su experiencia en la Administración. Es un cerebrito. Ingeniero industrial y doctor en Economía, remató en Harvard la colección de títulos, aunque no la formación porque es de los que se alimentan de conocimientos. Enamorado del socialismo de Felipe desde la adolescencia, cree en la política como herramienta para mejorar el país, sin fundamentalismos ni devociones a muerte, y sabe que hay que actuar pensando en el largo plazo, aunque en el corto resulte impopular. Por eso defiende y practica políticas valientes, como la que le costó la secretaría de Estado de Energía -fue nombrado por Joan Clos- al desembarcar Miguel Sebastián en Industria por haber tocado demasiado las narices a las empresas -Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), Florentino Pérez (ACS) o Luis del Rivero (Sacyr)- en favor de los ciudadanos. Pepe Blanco le acaba de poner al frente de Ineco-Tifsa, la empresa de ingeniería de Fomento.

Hay que recordar que este trío -Flo, Galán y del Rivero-, que hoy disienten a causa de la famosa "enmienda Florentino", formaron -y forman- el núcleo de empresarios próximo a La Moncloa y al ministro Sebastián para temas de energía (Endesa, ahora en manos italianas) o de asaltos a grandes bancos (Sacyr quiso quedarse con el BBVA).

Belen Barreiro. La actual directora general del CIS es una profesional que está funcionando bien en un cargo tan complicado, y pese a los resquemores que despertó su nombramiento entre los populares. Barreiro, una tipa inteligente y formada, ya estuvo en la fontanería de La Moncloa en la primera legislatura de Zapatero, bajo la batuta de Ludolfo Paramio. Doctora en Ciencia Política, master en Ciencias Sociales y politóloga, ha procurado ser invisible después de la tormenta que desencadenó su aterrizaje en la institución, en dónde se cuecen algunos de los indicadores más relevantes. Sin embargo, entre los socialistas de las más diversas tendencias, cotiza al alza.

De izda a drcha, Maurici Lucena, Teresa Ribera, Ignacio Urquizu y Mariano Bacigalupo.

Maurici Lucena. Joven y deslumbrante, cuenta con el apoyo tanto de la vieja como de la nueva guardia y es otro de los nombres que suenan para después de la era Zapatero. Antes de cumplir los 30, este licenciado en economía y master del Banco de España, ya era director general del CDTI. Ahora tiene 34. "Maurici tiene uno de esos perfiles fantásticos para triunfar en el PSOE de Felipe González pero no en el de ZP porque no elige a los mejores, sino a los más fieles", comenta uno de sus veteranos admiradores. Pese a que inicialmente se vinculó su carrera política a la de Miguel Sebastián, ya que formó parte del equipo que preparó el programa económico para la campaña 2004, Lucena supo poner tierra de por medio. Como a Nieto, Bacigalupo o al propio Vegara, la vieja guardia los respeta y los forma. De talante más liberal que el resto, se siente muy cercano a Montilla -su mentor- pero no es un hombre del aparato.

Teresa Ribera. Muy a su pesar, está técnica con escaso perfil político, va tomando cuerpo en la política del futuro socialista. Secretaria de Estado de Cambio Climático, dicen sus detractores que gracias a la política de cuotas, pero lo cierto es que ha resultado ser una trabajadora incansable y absolutamente comprometida con los objetivos que persigue. Mientras parte de su equipo lloraba decepcionado tras los resultados de la cumbre de Copennhague, Teresa ya estaba calculando como reinventar las políticas climáticas para lograr la máxima eficacia y en activar los mecanismos precisos para que la economía sostenible sea una realidad, al margen de un aliciente electoral. Su nombre corre ya de boca en boca.

Ignacio Urquizu. Este sociólogo es otro de los progres, sabios, bilingües, universitarios y próximo al PSOE que tienen futuro, con una fundación "intelectual excepcional", tal y como recuerda un ex ministro de Industria de Felipe González, que les conoce muy bien a todos. Basta con haberle escuchado reflexionar sobre el comportamiento electoral ligado a la corrupción, por ejemplo, manejando datos y relacionando causas y efectos para darse cuenta de lo que vale. Tranquilo y con espíritu de investigador, no se le pasa una.

Mariano Bacigalupo. Es uno de los más políticos del grupo. Director de la Asesoría Jurídica y Vicesecretario del Consejo de la CNE, se formó en Alemania y es un apasionado de la política. Dicen que Mª Teresa Fernández de la Vega pudo haberle vetado para ocupar un cargo público por ser hijo de Enrique Bacigalupo, el juez que dicto sentencia en el caso Filesa tras la renuncia del instructor inicial. Mariano también carga con ser 'marido de', ya que su mujer es secretaria de Estado de Cambio Climático. Hasta que los perjuicios que le persiguen se evaporen, él sacia su vena política en la presidencia de la Agrupación Socialista de Majadahonda. Sería una gran baza para el partido, ya que sus sólidos conocimientos y la brillantez que le atribuyen todas las fuentes consultadas, aportarían unidad de criterio en Ferraz, la sede socialista en Madrid.

En la imagen, Sandra León, Rubén Ruíz-Rufino e Ignacio Sánchez-Cuenca.

Rubén Ruíz-Rufino. Cabeza muy bien amueblada, digno miembro de la factoría Maravall. Como muchos de los anteriores, está vinculado a los ambientes universitarios y las fundaciones progresistas. Licenciado en Derecho y doblemente masterizado en ciencias políticas y sociales, se ha recorrido Göttingen, Edimburgo, Nueva York y Florencia de universidad en universidad. La política en las sociedades divididas es uno de sus puntos fuertes, estudio en el que profundiza como investigador principal de un proyecto de I+D+i y que compatibiliza con su labor en el CSIC. Llevar a la práctica alguno de sus hallazgos sería muy beneficioso para el PSOE.

Ignacio Sánchez Cuenca. A este reputado sociólogo, al que cualquiera aventura una próspera carrera con y tras ZP, le cuesta más que al resto defender su postura sin alinearse con el presidente. Mientras los otros 'tapados' colaboran sin tener que convertirse en Dr.Jeckill o Mr. Hyde con Claudio Aranzadi, Carlos Solchaga, Juan Manuel Eguiagaray o José María Maravall, entre otros ilustres miembros de la vieja guardia, o con cualquier cargo del Ejecutivo sin problemas de conciencia, Sánchez Cuenca lleva peor la dualidad aún dentro del partido -ver algunas de sus tribunas en El País-. No obstante, esa vieja guardia le estima y define como un valor seguro. Al igual que Bacigalupo, arrastra también ser 'pareja de' Belén Barreiro, directora general del CIS.
No es que los otros nombres citados no sean zapateristas. Ocurre, sencillamente que no son fundamentalistas. Se entiende que de puertas adentro, porque si tienen enfrente a un miembro del PP, su partido y su Gobierno son lo primero.

Sandra León. Otra progre vinculada al PSC y a la fundación Alternativas. Alumna de José María Maravall, el ex ministro de Educación y sociólogo, cuya cátedra se ha convertido en una fabrica de futuras promesas a las que disfruta tutelando y contribuyendo a desarrollar su potencial, siempre que no despierten las sospechas de los zapateristas fundamentalistas. Sandra es investigadora en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y como muchos de sus colegas, ha completado su formación política en Harvard.

En algún punto tenemos que acabar con las realidades desaprovechadas y las futuras promesas. Ni son todos los que están ni están todos los que son. Frente a los augures que pronostican el flaco favor que les hacemos al airear sus nombres, solo nos queda desear a los Jedi qué la fuerza les acompañe.