¿Estás muerto? Doname tus ligamentos

Por Ana R. Cañil

Breve historia de un accidente bobo, un cadáver guapo, pero no exquisito y de gracias al generoso muerto, que me prestará su rodilla aunque yo no sea Pepe. ¿Y si todos donamos?


Acto I

Primera bajada en una estación de esquí. Ha estado nevando toda la noche y las pistas están de cuento, la nieve te llama. Diez minutos después de esa llamada no aviso sobre el mamporrazo de una esquiadora del eterno nivel medio. ¡Crack!, notas perfectamente que en la rodilla han cascado unas cuerdas.
"Por favor, que manden a un pistero o una moto de nieve con un tío guapo. Nunca he esquiado con camilla por la nieve" pide la patosa a su criatura, que al lado observa, aterrado al ver la leche que se ha metido la madre. Veinte minutos después, una amiga cumple con la solicitud. Un pistero, con barba y ojos azules, cara quemada por el sol, sube con la camilla a la espalda. Por fin, la cincuentona cumple otro sueño, esquiar por la nieve en una cama.

Acto II
-Tienes la misma lesión que Pepe. Te pongo la férula, pierna en alto, hielo y anti inflamatorios. Resonancia magnética en cuanto vuelvas a Madrid"
-Perdone, pero ¿quién es Pepe?
La cara de desprecio del fisioterapeuta o médico de la estación no tiene nombre. Y eso que estamos en Catalunya. ¿Eres de Madrid y no sabes que Pepe es el defensa que se rompió el ligamento cruzado interno de la rodilla derecha? Seis meses, guapa. Y probablemente, operación.

Acto III
Hospital de Madrid. Diagnóstico de la resonancia magnética: "Lo mismo que Pepe (¡y dale!), el cruzado roto y el ligamento lateral también. Operación con injerto"
-Pero ¿me van a quitar algo de mi cuerpo para injertarlo en la rodilla?
-No, te lo vamos a injertar de un muerto. (Segundos de silencio)
-Por favor, que el muerto esté bueno. (Al doctor no le queda claro si de salud o de físico. A mi sí. Mi humor negro no es seguido con igual alegría por el señor sentado a mi lado, así que prefiero morderme la lengua).
-Tiene que tener menos de 40 años y en cuanto a lo de bueno, desde 1984 en ningún injerto se ha transmitido ninguna enfermedad rara del muerto al infectado. (Me abstengo de preguntar que pasó hasta 1984).


Acto de Trini, 96 años

Hasta ahora que Santa Barbara ha atronado, solamente pensaba en la donación de órganos vitales. Trasplantes de corazón, de hígado, de riñón. Pues no. De un muerto, sea guapo o feo, viejo o joven, se pueden aprovechar muchas cosas. Todo o casi todo, como me dijo hace unos meses mi admirada Trini Gallego.
Tiene 96 años, fue comadrona de las rojas en varias cárceles franquistas y "no vendrás a mi entierro, porque he donado el cuerpo a la facultad de Medicina. Os dejo de monsergas".
-Pero Trini, eres la repera y con perdón. Con los tacos que tienes ¿para qué quieren tu cuerpo?
-Tú sí que no te enteras. Los chicos que estudian medicina examinarán lo que quede de mí y, por ejemplo, pueden ver porque con 96 años no tengo Alzheimer.
Genio y figura.
Trini tenía toda la razón. De un muerto -exquisito o mediocre- se aprovecha todo, como de esos animales que estáis pensando (perdón, no mucha gente entiende el humor en esta clave y si pongo cerdos, me pondrán a parir).

Acto Final

Así que esta mañana, entre la cita del Rey y Obama, el debate de si ganó Rajoy o Zapatero -dentro de ese sueño de la marmota que Pilar Portero me recuerda- pero sabiendo quién es Pepe, querido cadáver mi sincero agradecimiento incluso antes de que me prestes tus ligamentos, importados desde la Clinícia San Francisco de León, que tiene el récord de donantes de tejidos.

Y sí, ahora la moralina. Además del pulmón, el corazón, el riñón, los ojos, también los tejidos para las roturas de ligamentos, la piel para los quemados, todo sirve, todo se dona. Es fácil hacerlo.
Si estás leyendo este post, eres un activo de la red y quieres donar tus órganos , o tu cuerpo a la medicina , es más sencillo de lo que parece. También te encontrarás con las amenazas satánicas de todas las religiones del mundo en cuanto pinches sobre el tema.

Sea como fuere, querido muerto, gracias otra vez por el cruzado -no el mágico de Playtex- aunque no sea Pepe el futbolista. Bienvenido seas y prometo darte la mejor vida que pueda.