Por Pilar Portero y Ana Cañil
(En la foto, Rajoy y Jorge Moragas -cámara en mano- durante una etapa de la pasada Vuelta Ciclista, una imagen muy comentada en el partido)
Correcto. Se trata de Rajoy. Ese es el tipo con barba del que no se separa Jorge Moragas, excepto para ir al baño y a la cama. Moragas, al que se identificaba con su sempiterna mochila y su casco de moto, es hoy por hoy uno de los hombres más poderosos del PP. Y el primer jefe de Gabinete de un presidente popular con equipo propio. Como si el mismo fuera el jefe. Atentos, su nombre suena para ministro de Exteriores. Lo dice hasta la wikipedia.
El caso Moragas da para el argumento de una novela de intriga política. Cuando el eminente 'fontanero' socialista José Enrique Serrano entregó las llaves de la Moncloa a Aznar en mayo de 1996, también le traspasó el lote que Felipe González -presidente saliente- dejó allí y en el que figuraba el entonces treintañero Moragas. Hacía un año que había entrado a trabajar en Protocolo, puesto en el que se reenganchó a las órdenes del popular Javier Zarzalejos.
Jorge, como la mayoría de políticos, es ambicioso pero camina bastante por libre dentro del partido. Se cuida de no ser relacionado con ningún grupo en concreto. Hasta ha logrado no verse implicado en las batallas por el poder en el PP catalán, aunque es diputado por Barcelona y ejerce. "Es encantador. Se muestra simpático con todo el mundo y maneja el sentido del humor, y también el sarcasmo cuando no está de acuerdo con algo", le disecciona una diputada del PP. Precisamente la ironía le permitió ser ambiguo con el líder cuando perdió las últimas elecciones en 2008. El nombramiento de Soraya Saénz de Santamaría como portavoz del grupo en el Congreso provocó algunos de sus comentarios más ácidos. Sin embargo, dos meses más tarde, antes incluso del famoso Congreso del PP de Valencia, todos los presentes pudimos comprobar como se había obrado el milagro Moragas.
Empotrado en Rajoy, se ha convertido en su hombre de confianza. "Moragas tiene a su favor haber sido una figura de poco relieve. Hasta su 'autonombramiento' como jefe de gabinete, no tenía ninguna influencia. Pero él, que es más listo que inteligente, sabe idiomas y ha sabido serle útil al jefe", explica un cercano compañero de partido. Moragas sustituyó en el puesto a Paco Villar, amigo íntimo de Rajoy, médico, diputado y tesorero del grupo en el Congreso de los Diputados, además de auténtico mentor de Soraya Sáenz de Santamaría. "Villar era la negación del jefe de Gabinete. Tiene mucha confianza con Rajoy pero exigua capacidad de análisis político. Era más un capataz que un consejero", tal y como le describe un colega de partido.
En estos dos años ha conseguido ganar terreno al equipo de confianza de Soraya. "Lasalle, que ha estado jugando el papel de asesor intelectual, suponía una amenaza para Moragas porque él no encajaba en ese perfil". Así que Moragas ha ido colmando la mayoría de las necesidades del aspirante a la presidencia del Gobierno, gracias a la ayuda de sus colaboradores. Víctor Calvo-Sotelo y Alfonso de Senillosa. El primero, hijo del que fuera presidente del Gobierno, fue subsecretario de estado de Fomento con Arias Salgado, domina el inglés y el francés -un plus muy valorado en los partidos- y es discreto, o sea que no parece una amenaza para Moragas. Alfonso de Senillosa, fundó la cadena Workcenter y está al cargo de los asuntos tecnológicos y de comunicación, un área que parecía que encajaba con el conocimiento y las inquietudes de Esteban González Pons, otro de los que ha perdido influencia.
Tacita a tacita, Moragas es ya el imprescindible. Con él, Rajoy se siente seguro. Puede hablar de fútbol hasta hartarse y en sus continuos viajes suple sus silencios con ese encanto que tan bien sabe administrar. Un detalle: en su entrada de Wikipedia, alguien ha añadido que se perfila como ministro de Asuntos Exteriores. ¿Sólo?
jueves, 22 de abril de 2010
¿Quién es ese de la barba que va con Moragas?
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