Este es el envés de una de las noticias más comentadas de la semana. Y de cómo todo un señor ministro, como Miguel Sebastián, se entretiene personalmente vendiendo la moto.
Acabo de regresar de otra dimensión (de la periferia geográfica y laboral) y con esa perspectiva me ha vuelto el vértigo ante la impunidad con la que se miente en los medios y cómo éstos nos obligan a caminar por una farsa senda. Es a propósito de una noticia publicada en la prensa y ampliamente difundida por los telediarios en los últimos días pero que, sintiéndolo mucho por el ministro Miguel Sebastián, que se ha querido lucir con ella, es incierta.Se trata del supuesto fraude, según el cual, parques fotovoltaicos producen energía por la noche (cuando no hay luz –foto- que permita generarla), y cobrar así las suculentas subvenciones que reciben. Utilizaban grupos electrógenos durante la noche para producir energía, según aseguró algún periodista intelectual. ¿Y pagar por el combustible gastado por un generador en medio del campo y de la noche?
No importó que la historia ni siquiera fuese verosímil: Sebastián decidió aprovechar una misiva de la Comisión de la Energía (CNE) en la que le informaba de que iba a inspeccionar varias plantas fotovoltaicas (no confundir con solares, que producen energía con el calor del sol) tras detectar algunos problemas en el pago de las liquidaciones relacionados, al parecer, con la distribución por horas de la producción (asunto técnico resoluble).
Aunque se desconoce la razón de estos desfases (en cualquier caso, cantidades pequeñas), el ministro le dio la vuelta al panel: filtró de modo burdo la noticia y , subrayó que había sido su ministerio, y no al revés, el que había ordenado a la CNE iniciar las inspecciones. Y ahí queda la machada, cuando lo cierto es que de las miles (y miles) de irregularidades detectadas hasta ahora por el regulador energético en instalaciones de renovables, Industria no ha puesto ni una simple sanción.
La tarifa de acceso que pagamos entre todos los consumidores asciende a más de 15.000 millones de euros y de esos, casi 6.000 millones se destinan a subvencionar a las renovables. Y cosa sorprendente, resulta que la mitad de las primas son para las fotovoltaicas, una producción minoritaria frente a la eólica, que este crudo invierno ha llegado a superar la mitad de la producción de toda España.
¿Cómo te quedas?
Me quedo con que lo de el coche eléctrico tan publicitado por este tipo -me falta simancas en la foto, please- me huele mal, la foto de hace una o dos semanas de todo el gobierno, Florentino incluido, para publicitar el cocherito leré me huele peor, y después de lo que habéis dicho hoy, ya simplemente me apesta.
ResponderEliminarDigamos que como lo de las renovables se ha desinflado en bolsa muchísimo antes de lo que se pensaba -véase la evoulción de Iberdrola renovables y demás-hay que instaurar una nueva burbuja para ¿reflotar? la economía, o mas bien la psique de los votantes, y yo al menos tengo muy claro cual creo que es la que han elegido.