Por Pilar Portero
Tengo la solución para acabar con la corrupción. Y no pasa por la rendición de cuentas -control exhaustivo del destino de los recursos-, ni por separar la gestión del poder político (city manager) como apuntan los sabios. La clave es que el dinero que mangan los corruptos vuelva al pueblo -del que salió- mediante un sencillo juego de lotería, controlado por la Onlae claro.
Como contribuyente cuyo dinero se ha malversado tienes derecho a un cupón de lotería. El premio gordo, quedarte con la pasta desviada que ha descubierto la operación Gürtel y que ahora mismo se multiplica en Suiza, en las islas Caimán o al abrigo de cualquier otro paraíso fiscal -pincha en este link porque la página merece la pena si te sobra capital-.
El método anticorrupción funcionaría mucho mejor que el actual, que ya está estudiadísimo que no procura resultados positivos. Los ciudadanos, que aunque no seamos del todo conscientes tenemos la última palabra cada vez que votamos, tendríamos un aliciente para perseguir y castigar la estafa asociada al poder: que te toque la lotería de disfrutar de esos millones que al final han salido de tu bolsillo.
Que es más fácil cambiar la conducta de la gente mediante el humor y la diversión, es una evidencia que no pienso perder ni un segundo en argumentar. Ha tenido que ser una ingeniosa propuesta de publicidad quién se aprovechara del recurso irónico para asociarlo a la marca y que esta te cayera bien. Y es que la idea de la lotería no es mía -que la ley Sinde caiga sobre mi- sino de Volkswagen.
Con el interesante fin de demostrar que las cosas podrían funcionar mejor y sin esfuerzo si aplicásemos el humor, crearon un web, Thefuntheory.com. A mi me parece genial, básicamente porque comparto al 100% la teoría y la práctica. A años luz de la torpe iniciativa patria de estoloarreglamosentretodos, una campaña publicitaria que por su planteamiento era la crónica de una muerte anunciada desde antes de nacer. No se puede forzar el buen rollo ni generar una antinatural participación ciudadana y menos en la red, te lo diga Buenafuente o el Dalai Lama. No cuela. En cambio, thefuntheory no engaña a nadie y propone un juego útil y divertido.
Quien quisiera podía mandar su idea para sacar resultados óptimos a las cosas más cotidianas. El ejemplo, grabado en la estación de metro Odenplan de Estocolmo, es delicioso. Para lograr que la gente que eligiera subir por las escaleras de toda la vida en lugar de las mecánicas, convirtieron los peldaños en teclas de piano. El 66% optó por hacer sonar las notas musicales.
El ganador del concurso -inspirador de la corruplotería que desarrollo en este post- propuso organizar una lotería con el fin de aumentar el respeto a los límites de velocidad. Una cámara registraría en carretera la matrícula de aquellos que no sobrepasasen la velocidad permitida, que concursarían automáticamente en un sorteo cuyo bote sería la recaudación de las multas impuestas a quienes se saltan las normas a la torera.
¿A qué es bueno?
viernes, 9 de abril de 2010
Cómo lograr que el dinero que mangan los corruptos vuelva al pueblo
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Es... genial.
ResponderEliminarELE esa foto. ¡Así sí!
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