Por Pilar PorteroDesvelamos el auténtico motivo por el que la ex de Jesulín de Ubrique se ha hecho un completo -en exclusiva, claro-: presentar junto a Iñaki Gabilondo el telediario estrella de Cuatro. Qué casualidad que coincida el momento en que la Esteban enseñaba su nuevo rostro con el anuncio de que Berlusconi será el socio mayoritario (un 41% frente al 18,37% de Prisa) de la fusión entre Telecinco y Cuatro. ¿Por qué creen que la SER premió a Jorge Javier Vázquez con un Ondas hace un mes a pesar de las críticas? Una muestra de buena voluntad mientras se ultimaba la negociación.
Puede que, hoy por hoy, esto sea sólo una broma para explicar visualmente lo que supone el matrimonio entre las dos antagónicas televisiones. Ya sé que a los intelectuales de este País la posibilidad de contemplar a Belén analizando la noticia del día junto al periodista símbolo de la progresía, les resulta tan imposible de creer como a la aristocracia rancia la boda del Príncipe y Letizia. Y eso que si te fijas, Letizia y Belén comparten algo más que el gusto por el bisturí. Ambas son princesas del pueblo.
No se rasguen las vestiduras, a todo se acostumbra uno. Hasta a Juan Luis Cebrián y a Paolo Vasile se les nota compenetrados en la foto de la firma del acuerdo. A perversiones más grandes hemos asistido. Al final, ni Telecinco es tan ordinaria, ni Cuatro tan cool.
El fin del mundo se adelanta. Abandonemos toda esperanza, así ya no llegamos ni al 2012. Y de momento ya voy emigrando al Himalaya, a ver si ahí no llega la fusión.
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