Por Ana R. Cañil
El jueves, 10 de diciembre de 2009 pasará a los breves económicos del futuro como un jueves oscuro -los negros ya no asustan a nadie- entre los círculos del poder madrileños. Otra ocasión perdida por Mariano Rajoy, el líder del PP, a quién Emilio Botín, presidente del primer banco español, robó protagonismo muy a su pesar.
Esta es la historia
El Madrid económico -ese que no os importa, pero que nos ha mandado al paro- amaneció encogido por el efecto acojone de Standard&Poor's, una de las tres agencias de calificación de rating -las que nos suspenden, aprueban o dan sobresaliente- que ha amenazado con bajarnos la nota. O lo que es lo mismo, meternos en el mismo saco económico que Grecia, el último país de la UE caído en desgracia porque su economía está echa un asco.
No es que la nuestra este boyante, pero aunque es verdad que debemos cada día más dinero, también es cierto que partimos de una posición menos endeudada que la de nuestros vecinos, como la misma Gran Bretaña o Italia. Dicen los sabios españoles que es más fácil para Standard&Poor's, ser duro con los PIGS que con Inglaterra o Italia.
La amenaza de la agencia causó otra oleada de miedo, por eso Zapatero aprovechó la presentación del Informe de la Oficina Económica del Presidente para defenderse, aunque con la credibilidad deteriorada de los últimos tiempos.
Desde Bonn, Rajoy aprovechó para arrimar el ascua a su sardina antes que pensar en los intereses generales del país, algo que ha cabreado hasta a los empresarios más afines. Léase la numerosa cúpula de la CEOE. Según el líder de la oposición, la economía española “es fiable, quien no es fiable es el Gobierno” de Zapatero, que se da “autobombo” con el Informe del Presidente.
Con estas greñas andaban el líder de la oposición, en el corazón de Europa descalificando al Gobierno e implícitamente dando la razón a Standard&Poor´s, y el presidente con otro alarde de optimismo, marca de la Casa Zapatero, cuando entró en juego Botín.
Zapatero no se lo pidió
Ni cortó ni perezoso el banquero saltó a la palestra para explicar que la deuda nacional ha crecido “de manera importante”, pero España “parte de un nivel de endeudamiento mucho más bajo que otros países”.
¿Se lo pidió Zapatero a Botín? No, según las fuentes consultadas. Es más, el presidente del Santander ya no está tan contento con ZP. De hecho, no asistió a la presentación del Informe Económico. Pero en la sede de Boadilla del Monte, la casa del banco, saltaron las alarmas.
A la vista de la faena de Standard y las bobadas de Rajoy y Zapatero, concluyeron que la broma iba a costar mucho dinero a España como país y a todos los banqueros y empresarios. De ahí que Botín, sin avisar a nadie, y aburrido de los políticos se descolgara con unas declaraciones que calmaron a una parte de los mercados.
De paso, robo primer plano, por la derecha y el centro, a Rajoy, que perdió otra oportunidad de hacer patria.
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