El fregao de Aminetu

Texto y foto: María José Llerena

"¡Menudo problema en el que nos ha metido la señora ésta!" ¿Se te ha escapado este comentario en los últimos días para referirte al caso Aminetu Haidar? Pues déjame que te diga, sin acritud, que para problema gordo, el suyo, el que tienen ella y sus compatriotas, los saharauis. Resulta que a esta gente Marruecos le invadió su tierra hace 34 años. La mitad de su población huyó desierto adentro escapando de las bombas de Napalm. Se refugiaron en un rincón de Argelia y allí siguen viviendo en jaimas, sin luz eléctrica, sin agua corriente, subsistiendo con mucho menos de lo imprescindible. La otra mitad se quedó atrapada en su propia tierra, dominada por la mano dura de Marruecos. A ellos no les falta el sustento, pero sufren la represión y el castigo.

Después de 15 años de guerra, en 1991, se acordó un alto el fuego y el Frente Polisario (los saharauis) decidió que fuera la ONU la que, por la vía diplomática, se encargara de organizar un referéndum de autodeterminación. He dicho 1991. Y todavía siguen esperando. Unos, en los campos de refugiados; y sus hermanos, en un Sáhara ocupado donde hablar se paga con la cárcel y las torturas. Aminetu se quedó en ese lado.

Y ahora es cuando tú dices: "¡Pues muy bien! Lo siento por ellos, pero... ¡¿Qué culpa tiene España para que la metan en ese fregao?!

España era la responsable de esa tierra cuando Marruecos la invadió. El Sáhara era oficialmente una provincia más de nuestro país. De hecho, para la ONU, España sigue siendo la potencia administradora del territorio, pese a que saliera por patas cuando Marruecos se lanzó a por su presa. Hassan II fue listo y aprovechó para hacerse con el territorio un momento en el que España estaba pendiente de la agonía y muerte de Franco y de cómo maravillárselas para pasar de una dictadura a una democracia con los mínimos daños colaterales.

Así que, estoy de acuerdo contigo en que Aminetu nos ha metido en un buen lío diplomático. Pero estarás tú conmigo en que la situación que en último extremo está detrás de toda esta movida tiene bastante que ver con nosotros. España tiene el deber de asumir su responsabilidad y no mirar para otro lado. A ver si esta vez conseguimos hacer las cosas mejor.