viernes, 1 de enero de 2010

Feliz Ano (lo siento, no tengo egne)


Por Ana R. Cañil


Tarde pesada la del 31 de diciembre. Siempre hay un rato tonto, esperando el momento de retocar la pestaña o pillar la corbata
cásual, que no la formal por favor. Los Feliz Ano se suceden uno tras otro. Algún educado se ve obligado a añadir "perdona, no tengo egne". Y más de lo mismo a lo largo de la mañana del 1 de enero. Los más descarados y escatológicos han aprovechado el momento Nokia : "¡Feliz Culo!" se atreven a enviar, con la resaca aún a cuestas.

Escribir 2010 en número es un esfuerzo costoso para los adolescentes y los mayores. Los primeros no tienen tiempo, los segundos no tienen dedos para la tecnología y sus teclados. Y en tercer lugar está la finlandesa Nokia, que fabrica los móviles triunfadores y de última generación sin incluir la Ñ. Lo mismo ocurre con muchos teclados de ordenador.

La Ñ tiene su coña. ¿Cómo transformar ¡qué coño! en ¡qué cono!? ¿Qué será de nosotros sin esa expresión? Si dejamos sexo y escatología a un lado, podemos recuperar una palabra clave, definitiva con ñ de niño. ¡Cuanta ternura y literatura babosilla!

Monjes con la virgulilla

Ocurre que el origen de los problemas ñ tiene sus similitudes con algún fenómeno de ahora, como el de los lenguajes encriptados de los sms. Los monjes de los monasterios, muertos de frío y con mitones raídos, preferían economizar letras cuando escribían lós códices. Y lo mismo sucedió más tarde con los trabajadores de las imprentas. Había que economizar carácteres, por tiempo, dinero y salud.

Los estudiosos linguistas dicen que en aquellos años lejanos, monjes y luego impresores escribieron la secuencia "nn" con una "n" pequeña que se llamó virgulilla encima de una n de tamaño normal. O sea, que el tejadillo de la Ñ (o eso he entendido) se llama virgulilla. ¿Por qué los extranjeros se querrán comer la virgulilla? ¿Sabrá a algo? ¿Qué tal suena?

Pero no sólo los hispanos sufren castraciones en su lengua por mor del lenguaje informático. En portugués con «an» y «ã» sucede lo mismo; v.g. annus > añus; y el grupo romance nn > ñ que se había palatalizado a lo largo del tiempo en la Península Ibérica. Y lo mismo les pasa a los búlgaros, por ejemplo, con sus símbolos cirílicos. O a los griegos. Vamos, que no es la Ñ la única víctima.



En junio pasado nos prometieron que muy pronto, los dominios con "ñ", al igual que el resto de los carácteres de otras lenguas de la UE, se incorporarían a internet y previsiblemente a todos los ordenadores y moviles del mundo. ¿No es el español la segunda o tercera lengua que más crece en el mundo?

Esos pocos meses ya están aquí. Llegan con Zapatero, que acaba de tomar posesión de la presidencia de la UE y ha prometido dedicarse en cuerpo y alma a eso de superar la crisis. (Por cierto, a las 16 horas y 10 minutos del 1 de enero ¿nadie piensa actualizar la web de La Moncloa? Ni una noticia actualizada).

Queremos la Ñ de coña y coño

Entre tanta crisis podríamos incluir en la carta a los Reyes Magos que mandemos a La Moncloa una petición al Rey Mago de la UE durante seis meses.

"Señor ZP:

Además de arreglar la crisis y que acabe con el paro, por favor ¿nos podría devolver en los teclados la ñ de coño, coña, año, niño y ñoño? Esperamos que no se dé usted por aludido con ninguna de las palabras que necesita esa maravillosa letra con virgulilla".

Atte: el ano 2010. Espanol claro.




3 comentarios:

  1. Sí, gracias DAni. Los 1 de enero ya se sabe...pero yo no lo sabía.

    ResponderEliminar
  2. Ay la gulilla, qué risa, ñam, ñam.

    Por cierto que es problema de código (y mala baba), que todos sabemos que ñ es nuestra ñ.

    ResponderEliminar