Las mujeres de Zapatero quieren que no se presente

Por Ana R. Cañil

Sonsoles, Alba y Laura tienen la última palabra en la sucesión de Zapatero. Se quieren ir.

Que los Zapatero-Espinosa son una familia unida es un hecho conocido. Por si quedaba alguna duda, así se lo dijo claramente el presidente del Gobierno a Javier Moreno en la entrevista de cuatro páginas que "El País" publicó el domingo. Hablando de la sucesión y de si Zapatero se volverá a presentar por tercera vez -el melón no se abrirá hasta julio, al final de la presidencia española de la UE- el presidente dijo que la decisión es de él y de sus compañeros, pero también de su familia. "Todo el mundo sabe que mi familia es muy importante en las decisiones".
Una frase que va a resultar clave para el futuro y que traducida a la vida cotidiana, significa que Sonsoles Espinosa, segunda dama de este país, tendrá mucho que decir en la decisión de ZP. Y por supuesto, sus hijas.
Por lo que hemos sondeado entre amigos de Espinosa y sus hijas, las tres mujeres del presidente están saturadas y asqueadas de la vida que el cargo de su padre les obliga a llevar.
Laura y Alba han sobrevivido a la crueldad que supone para unas adolescentes soportar todas las ironías derivadas de la foto con Obama, pero quieren ser chicas normales, también para sus pandillas y novietes.
Y quien no perdona ni olvida y sabe como el cargo de su marido condiciona la vida de sus hijas es Sonsoles Espinosa. A estas alturas, apuntan alguna de las personas que la conocen bien, la mujer del presidente tiene claro que ellos ya han dado bastante a este país. Apuesta por recuperar su vida y proteger la de sus hijas, que con otros cuatro o cinco años más en La Moncloa, en plena adolescencia, dificilmente van a poder proteger su intimidad.

La reorganización familiar no pasa necesariamente por volver a León como se ha dicho en ocasiones, cosa que de forma inmediata sería complicada dada la actividad de Zapatero si no fuera candidato, pero sí por quitarse de la primera línea de fuego.

Establecido que son las tres mujeres de la vida del presidente las que más ganas tienen de que se marche del palacio presidencial y que su influencia es determinante, viene lo más difícil. Si el próximo otoño, ZP explica a su partido que tiene que irse por "razones familiares", el asunto tendrá pase entre el sector femenino de la política, pero en el seno de los partidos y entre los supuestos fríos profesionales de la cosa publica, donde la inteligencia emocional no cuenta más que de boquilla, es otra tema bien distinto.
El argumento este de los motivos familiares esta manoseado hasta decir basta por políticos de todo signo y nacionalidad, incluido Rodrigo Rato, que abandonó el FMI por "circunstancias y responsabilidades familiares".

Las otras obligaciones
"No puede dejar tirado al país ni al PSOE. Si vamos a perder, como pronostican todas las encuestas a día de hoy, tiene que perder él. No sirven otros manejos ni disculpas" argumenta un diputado socialista, quien defiende que el melón se ha abierto demasiado pronto.

"No hay sucesor a la vista, ni tiempo para preparar a otro candidato en esta situación tan adversa. Se llame Chacón, Blanco o Rubalcaba. Es muy difícil que el 2010 sea un buen año económico. Imposible. Y no va a dar tiempo a rentabilizar el 2011, cuando quizá este país empiece a dejar de destruir empleo, que no a crearlo" añade un catedrático de Economía próximo a los socialistas.

En la actualidad, el 68% de los ciudadanos opina que ZP no debería repetir y un 50% de los votantes socialistas se apuntan a esa misma opinión. Pero entonces ¿quien va cargar con el mochuelo de la posible derrota si ZP se va por razones familiares?.

"No será capaz de hacernos esto. Será endeble intelectualmente, habrá perdido toda la credibilidad que queráis, pero mi expriencia con él es que es un tipo que cumple con su deber" apunta una exministra.
Solo quedan seis meses para saber si es verdad.