Por Ana R. Cañil
Tarde pesada la del 31 de diciembre. Siempre hay un rato tonto, esperando el momento de retocar la pestaña o pillar la corbata cásual, que no la formal por favor. Los Feliz Ano se suceden uno tras otro. Algún educado se ve obligado a añadir "perdona, no tengo egne". Y más de lo mismo a lo largo de la mañana del 1 de enero. Los más descarados y escatológicos han aprovechado el momento Nokia : "¡Feliz Culo!" se atreven a enviar, con la resaca aún a cuestas.
Escribir 2010 en número es un esfuerzo costoso para los adolescentes y los mayores. Los primeros no tienen tiempo, los segundos no tienen dedos para la tecnología y sus teclados. Y en tercer lugar está la finlandesa Nokia, que fabrica los móviles triunfadores y de última generación sin incluir la Ñ. Lo mismo ocurre con muchos teclados de ordenador.
La Ñ tiene su coña. ¿Cómo transformar ¡qué coño! en ¡qué cono!? ¿Qué será de nosotros sin esa expresión? Si dejamos sexo y escatología a un lado, podemos recuperar una palabra clave, definitiva con ñ de niño. ¡Cuanta ternura y literatura babosilla!
Monjes con la virgulilla
Ocurre que el origen de los problemas ñ tiene sus similitudes con algún fenómeno de ahora, como el de los lenguajes encriptados de los sms. Los monjes de los monasterios, muertos de frío y con mitones raídos, preferían economizar letras cuando escribían lós códices. Y lo mismo sucedió más tarde con los trabajadores de las imprentas. Había que economizar carácteres, por tiempo, dinero y salud.
Los estudiosos linguistas dicen que en aquellos años lejanos, monjes y luego impresores escribieron la secuencia "nn" con una "n" pequeña que se llamó virgulilla encima de una n de tamaño normal. O sea, que el tejadillo de la Ñ (o eso he entendido) se llama virgulilla. ¿Por qué los extranjeros se querrán comer la virgulilla? ¿Sabrá a algo? ¿Qué tal suena?
Pero no sólo los hispanos sufren castraciones en su lengua por mor del lenguaje informático. En portugués con «an» y «ã» sucede lo mismo; v.g. annus > añus; y el grupo romance nn > ñ que se había palatalizado a lo largo del tiempo en la Península Ibérica. Y lo mismo les pasa a los búlgaros, por ejemplo, con sus símbolos cirílicos. O a los griegos. Vamos, que no es la Ñ la única víctima.
En junio pasado nos prometieron que muy pronto, los dominios con "ñ", al igual que el resto de los carácteres de otras lenguas de la UE, se incorporarían a internet y previsiblemente a todos los ordenadores y moviles del mundo. ¿No es el español la segunda o tercera lengua que más crece en el mundo?
Esos pocos meses ya están aquí. Llegan con Zapatero, que acaba de tomar posesión de la presidencia de la UE y ha prometido dedicarse en cuerpo y alma a eso de superar la crisis. (Por cierto, a las 16 horas y 10 minutos del 1 de enero ¿nadie piensa actualizar la web de La Moncloa? Ni una noticia actualizada).
Queremos la Ñ de coña y coño
Entre tanta crisis podríamos incluir en la carta a los Reyes Magos que mandemos a La Moncloa una petición al Rey Mago de la UE durante seis meses.
"Señor ZP:
Además de arreglar la crisis y que acabe con el paro, por favor ¿nos podría devolver en los teclados la ñ de coño, coña, año, niño y ñoño? Esperamos que no se dé usted por aludido con ninguna de las palabras que necesita esa maravillosa letra con virgulilla".
Atte: el ano 2010. Espanol claro.
VIRgulilla, ¿no?
ResponderEliminarSí, gracias DAni. Los 1 de enero ya se sabe...pero yo no lo sabía.
ResponderEliminarAy la gulilla, qué risa, ñam, ñam.
ResponderEliminarPor cierto que es problema de código (y mala baba), que todos sabemos que ñ es nuestra ñ.