lunes, 22 de febrero de 2010

¿Dónde te has comprado esos boogies?


Por Pilar Portero

Viernes 19 de febrero. 4 de la madrugada. En un bar de copas, un chico de 23 años me dice: ¡Qué zapatos tan chulos! ¿Dónde te los has comprado?. En Underground por internet, le contesto mecánicamente. Tengo estos boogies, los que ves en la foto, desde principios de enero. Y creo haber escuchado la misma pregunta cerca de un centenar de veces, sin exagerar. Así que me siento obligada a escribir este post, básicamente para que nadie me interrogue más. Y aprovechando que la London Fashion Week se está celebrando tras cederle el testigo la New York Fashion Week y de que la versión cañí de Cibeles sigue dando oportunidades a los de siempre, y por esa tontería periodística de ligarse a la actualidad que no termino de quitarme de encima.

Pero si hasta la gitana que vende flores en la esquina de mi casa se ha interesado por ellos: "es que una suela tan gorda me vendría muy bien para aislarme de los baldosines y cómo paso tanto tiempo de pie en la calle, el frío me entra por las plantas de los pies, además el leopardo ese es muy bonito". Flipad modernos!. Entre mis amigos de toda la vida, con los me tragué la movida entre el rockola y los colegios mayores, el éxito estaba cantado. "¡Qué pena haber tirado todos mis pares!", decían olvidando lo curtidos, a base de copas y otros líquidos, que habrían estado ahora si hubieran sobrevivido y mientras me enseñaban los recién adquiridos.

Existió un tiempo en que hasta en Los Guerrilleros -sinónimo de zapatería cutre y barata- se agolpaban en el escaparate a precio de crisis. Por supuesto, mi media naranja bloguera, Ana Cañil, muerta de envidia se fue corriendo a la sucursal de Madrid de Underground y se los pilló en rosa chicle con doble suela, aunque no contenta también se pidió un segundo par por la red. Y no es porque se hubiera publicado todavía el editorial del Vogue British de febrero en el que los boogies o creepers eran absolutos protagonistas. Ni tan siquiera había leído a mi gurú de moda predilecta -objetivamente la mejor, que para eso es amiga- Sara Sáez, quién hace más de dos años ya avisaba. Ignoraba que hasta Armand Basi o Sonia Rykiel se los habían calzado a sus modelos.

Esto es lo típico que triunfa igual tomando un te en el Rizt o en el concierto de The Fiery Furnaces. Sólo piénsatelo antes de ponértelos cuando vayas a una cita repleta de fashions. Acreditándome para El Ego el jueves pasado, me percato de que la chica que está a mi lado tratando de que encuentren su tarjetita observa mis pies sin dar crédito. Ella, Miranda Makaroff -hija de Lydia Delgado y Sergio Makaroff-, ideal de la muerte, lleva los mismos boogies que yo en color rosa. Cómo para ahorcarte en el ropero....

2 comentarios:

  1. De verdad que tengo una pena de haberme desprendido de mis modelitos in de los 80...

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  2. Pero Pilar, pesan un montón... lo advierto

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