Por Ana R. Cañil
Hoy es un mal lunes, el peor día del año según he oído a un tipo por la radio y acabo de encontrar en un montón de links. Parece que un afamado investigador británico ha concluido que este 24 de enero, un mes después de todos los buenos propósitos de Navidad, es una fecha en la que concluimos que no hemos empezado nada de lo planeado. Y nos vamos al garete.Debe de ser medio verdad.Por ejemplo, la Portero y yo no hemos terminado de darle una vuelta a este blog y ver como podemos seguir adelante con la política y la economía, que nos aburren tanto como a la mayoría de vosotros, aunque nos contemos eso de que buscamos los efectos colaterales.
Tampoco nos hemos parado a reflexionar seriamente si las cosas que soltamos en twitter -yo pocas, la verdad, soy más vaga- nos arruinan las ideas para el blog y si twitter nos está enganchando demasiado. Y por supuesto, yo no he logrado adelgazar los casi dos kilos que me he colocado estas navidades y ese es el principal motivo del cabreo que tengo y por lo que me he fijado en la parida del científico inglés. ¡La frivolidad barata para la que voy quedando!
Pero mientras caigo en estas naderías y lucho contra la náusea de la mañana de lunes, también he revisado las notas que me apunté durante el fin de semana de pueblo, entre montes y ríos, que cada día soy más bucólica, por no decir más paleta.
A saber, me sublevé con la tribuna de mi admirada Sol Gallego, porque ayer volvía a preguntarse cómo era posible que un país con una tasa de paro juvenil de más del 43,6% viviera resignado. Cómo era posible que los jóvenes no se echaran a la calle -no lo planteaba tan directamente- y recurría a Bertrand Russell -lo más importante para los seres humanos es que nos enseñen a vivir sin certezas, pero sin dejarnos paralizar por la indecisión- para clavar un aguijón en el alma de los que alguna vez hemos levantado la voz y ahora solo nos quejamos aquí, en la red y por las esquinas.
Estaba metida en la lectura de la Gallego, cuando comenzaron a salir en las webs los resultados de la manifestación en Bruselas contra los políticos que llevan meses sin lograr formar gobierno. La iniciativa había sido convocada a través de Facebook, una mayoría de los manifestantes eran más bien jóvenes -según los organizadores, había 40.000 personas, según la policía poco más de 30.000- y algunos de los asistentes llegaron a pedir que se cerrara el Parlamento y se entregara la gobernanza al Rey. Pero eso sólo fueron unos pocos.
Estaba en esas, vagando por las webs de otros diarios para no ahogarme con la náusea del triunfalismo del PP en Sevilla, cuando decidí que todo se iba al garete e iba a terminar lo mejor que me ha pasado durante todo el fin de semana: "Jesús, el magnífico" de Manuel Vicent. Una novela, bastante biografica, sobre el XVIII duquede Alba, cura, telogo, editor, bisexual, laico y último marido de Caytana de Alba. Magistralmente escrita, divertidísima, tronchante a ratos, pensé que a los menores de 35 les hará comprender algunas de las chocheces de sus padres con la dichosa Transición y lo brillantes - prepotentes y pedantes- que podían ser aquellos pocos jóvenes, miembros de la aristocracia de la inteligencia.
Pero todo esto era para volver al principio, cuando ya el sentimiento de una época que se agota -El Mundo de ayer, Memorias de un Europeo, de S. Zweig, un libro que me persigue- me asfixiaba y comenzaba a buscar un tema para publicar esta mañana de lunes, 24 de enero, la peor del año, según el tal científico inglés. ¿De qué os hablo, de las cajas y su recapitalización? ¿Del PP y el éxito seguro de Rajoy? ¿Llamo a unos cuantos sociólogos -la Portero y yo tenemos una lista aceptable- y les pregunto por qué nos resignamos y no nos echamos a la calle, como los belgas, pero sin pedir eso de que le den el Gobierno al Rey? O me dedico a buscar en qué va a consistir el pacto sobre la ley Sinde, que ya hay miles de twiters especulando sobre el asunto...
Vete a la M. Cañil. A lo mejor mi colega de blog me saca de ella.
Queria decir que la aparentemente casual extension de las injusticias y las desigualdades mas grotescas son en realidad coordinadas y planificadas.
ResponderEliminarLas Fuerzas que manipulan en cada comunidad y en cada pais esta agenda del sufrimiento son de caracter no-humano. Quiero decir que una inteligencia no-humana, fuera del campo de percepcion humana, es capaz de manipular subliminalmente el comportamiento de cada ser humano. Asi es como se generan las guerras, el terrorismo, asesinatos crueles, suicidios, abuso de menores, etc, etc
No existen psicopatas, ... es todo control mental desde una instancia no-humana.
Me preguntareis como he llegado a conocer esto. Pues porque soy un experto en el gangstalking, un tipo de acoso psicologico que esta tremendamente extendido en el mundo y que se realiza con control mental dirigido por esta entidad no-humana.