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martes, 14 de diciembre de 2010

El Gobierno encuentra los supervillanos causantes de todos los males: los controladores

Por Pilar Portero

'Hay cosas peores' es el slogan de la campaña electoral que en junio le sugeríamos desde aquí al presidente para las próximas elecciones. Y Pepe Blanco las ha encontrado: los controladores. El Gobierno les está utilizando para tapar las reformas que nos esperan tras la Navidad y el imparable declive de la clase política. Y nosotros tan contentos de poner, por fin, cara a los 'malos' ya que los mercados y la banca carecen de rostro.
César Cabo, portavoz de los controladores y 'supervillano' por decreto
Un reducido grupo de amigos charla en un bar de Las Palmas sobre sus problemas laborales. Los de las mesas de alrededor escuchan retazos de la conversación y se dan cuentan de cual es su profesión. Son controladores. La ira se desata y empiezan a insultarles y a hacerles fotos con los móviles para subirlas a internet. Alguno de esos controladores, además, ha encontrado pintadas en la puerta de su garaje señalándole como un criminal. Esta anécdota, absolutamente real, sirve para ilustrar como el cabreo acumulado de la población se ha volcado en este colectivo, que por muchos privilegios que gocen y por muy prepotentes que sean, no han provocado la crisis económica ni han matado a nadie, que se sepa.

El pasado mes de junio te contábamos aquí mismo, como hablando en una fiesta con un grupo de reputados publicitarios, se nos ocurrió que el único camino que le quedaba al Gobierno para intentar quedarse en la Moncloa era demostrar que había cosas peores que ellos. Utilizábamos para ilustrar un cartel con la foto de Berlusconi.  Pepe Blanco, que es un tipo sibilino y experto en pillar las ideas al vuelo, ya nos la ha comprado -sin pagar, que conste- cambiando, eso si, la foto de Il Cavaliere por la de César Cabo (@ ), el guaperas portavoz de los controladores. La táctica es vieja pero no por ello menos efectiva. En publicidad se usa desde el principio de los tiempos. En el blog Marketinadas lo explica su autor con claridad e ironía en el post 'Don Sucio': para convertir a las marcas en superhéroes sólo hay que buscarles un supervillano.

Un amigo con facebook y twitter hizo el siguiente comentario la semana pasada: "En la cola del mercado despellejando a los controladores voy a gritar 'son peores que ETA' a ver que pasa". El siguiente comentario evidenciaba el surrealismo alcanzado con el tema de los controladores. "Si, si, son peores que ETA, dicen las señoras asumiendo la provocación". Digno de comedia negra.

Blanco aprovecha el tirón y vuelve a explicar en el Congreso lo malísimos que son los controladores. Yo a mi hijo pequeño ya no le dejo ver el telediario porque luego sueña que viene un controlador y se le lleva. Precisamente, para tranquilizar a la población menor de edad que todavía cree en el coco, el Gobierno se está pensando prolongar el Estado de Alarma hasta después de Navidad, coincidiendo, como os contaba ayer Ana R. Cañil, con reformas tan feas como la de las pensiones o la de la negociación colectiva y leyes tan cercenadoras como la Ley Sinde.

Y eso que los niños son más listos que nosotros.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Jode a un político y verás como reacciona

Por Ana R. Cañil y Pilar Portero 
El golpede los controladores pegó a Rajoy de lleno. Tirado en Lanzarote, impotente y con el puente frustrado, se sintió un ciudadano más. Toda esa furia la ha canalizado hoy. Ha apoyado al Gobierno sin paliativos y luego ha jugado a su antojo con la bancada socialista. Zapatero arrancó con la frialdad de un cirujano pero al final ha recuperado el tono: "No es un conflicto laboral, es desobediencia" y ha anunciado que mantendrá el estado de alarma en función de la seguridad. 

A los fotógrafos les encantaría que alguna vez cambiara la cara, presidente
No hay nada como que te jodan para reaccionar. Aviso para navegantes: Esta es una lección para tomar nota. Gracias al aislamiento que padeció el líder del PP en Lanzarote el pasado viernes, le ha salido una réplica de auténtico parlamentario, de esas a las que no nos tienen acostumbrados nuestros políticos. Chafado ya el puente en Canarias con su familia, Rajoy se encerró con Soraya Sáenz de Santamaría y Carmen Martínez Castro -Moragas desde la distancia también aportó su granito- para preparar un discurso vivo, brillante y contundente.
La crónica del presidente ha sido soporífera y fría. 17 folios para justificar las medidas adoptadas a base de citas de leyes y decretos a los que el Gobierno fue recurriendo según se sucedían los acontecimientos. En un tono átono y sin inflexiones, lo más interesante de su primera intervención ha sido la decisión de renovar el compromiso de que las cosas con los controladores no van a quedar así y "sobre el Gobierno pesa la doble obligación de impulsar la depuración de responsabilidades en que se ha podido incurrir". También ha afirmado que se resarcirán los daños y perjuicios.
En medio de este sopor se ha despertado Rajoy que, si

La bancada socialista casi se desmaya, ante lo poco acostumbrados que están a estos piropos. La cosa no ha terminado ahí.  Cuando el líder de la oposición ha ratificado que "no existen más culpables directos del caos aéreo que las conductas intolerables de los controladores" los socialistas estaban ya alucinando ante la posición constructiva del presidente del PP.

Estaban en pleno éxtasis, mirándose unos a otros, cuando Rajoy les ha trampeado y sacudido en sus asientos. "El ministro de Fomento es un inútil total (bronca desde los bancos socialistas y llamada de Bono al orden)...con dosis importantes de caradura porque siempre encuentra una excusa para no asumir sus responsabilidades"...más protestas de los socialistas, que aún no se percataban de que se iban a columpiar. Hasta que Rajoy ha aclarado "no seré yo quien emplee estos calificativos con el señor Blanco ni con nadie", porque "tan cariñosos epítetos" se los dedicó Rubalcaba al ministro de Fomento de 1999, Rafael Arias Salgado con el Gobierno Aznar.
Aplausos, risas y carcajadas entre Moragas, Trillo y González Pons, que se regocijaban levantando el dedo del éxito. Je, je, je... Gran bromita parlamentaria, una de las pocas con cierta gracia de los últimos tiempos en el hemiciclo y más viniendo de Rajoy. Por lo demás, la mañana transcurre en la tónica prevista. Todos los grupos condenan a los controladores sin paliativos, recurriendo a los "huelga salvaje" y "ciudadanos como rehenes", pero el segundo paso es reprochar al Ejecutivo los largos meses perdidos en intentar negociar un convenio con un colectivo tan poco numeroso, pero capaz de bloquear el país.

Durán i Lleida, como siempre entre dos aguas, ha culpado al Gobierno Zapatero, pero también a los del PP de esta situación, al tiempo que ha aprovechado para solicitar la transferencia de gestión de los aeropuertos. En la réplica, el presi recupera el púlpito con más ganas y firmeza:
"Ha habido que aplicar una medida de excepción para acabar con una situación de excepción que se consolidó en el convenio de 1999 -cuando gobernaba el PP-". El pulso con el colectivo todavía le enerva porque él entiende lo que han hecho los controladores como "un desafío contra todos nosotros y contra todos los ciudadanos".  Y asegura que será inflexible porque no se puede utilizar un poder capaz de parar este país por una reivindicación laboral.
n ambages, ha condenado a los controladores incluso con palabras más duras que el propio Zapatero. Ha calificado el comportamiento de estos de "inadmisible" y ha respaldado al Gobierno "en la defensa de la ley y del interés general y le apoyamos en las medidas adoptadas" sin paliativos. Contadas veces en los últimos seis años ha dejado tan claro su respaldo, salvo en los casos de terrorismo.