La famosa María Topete, sentada en su escritorio, interroga a una presa |
Ana: Por que es lo mas leal que tengo en mi familia. Nunca nunca me pide nada, ni me riñe y encima mueve el rabo a todas horas.
Ana: Ya quisiera Jimena -la protagonista-. Yo soy mucho más osada. Y no insistas que pareces mi hermana.
Pilar: ¿Y qué le ha parecido a tu hermana?
Ana: Me dijo ¿no te da vergüenza ser tan explícita?
Sigue, sigue así -le animo- que esto vende mucho, van a pensar que es porno. "Deja, que me arriesgo a que se queden frígidos en cuanto lo lean" apunta ella, tan pancha, ignorante de que pienso publicar esta conversación en el blog.
Pilar: He llorado mucho leyéndolo...
Ana: Yo he sufrido como un animal escribiendo. Por que el 80% de lo que sucede es real y algunas de las protagonistas están vivas, como Trini Gallego y Pepi. La Topete también me da pena, aunque eso irrite a mucha gente.
Pilar: ¿Porque has cogido cariño a María Topete?
Ana: El libro empezó por ella. Dos de las mujeres de "La mujer del maquis", que habían estado en la cárcel de Madrid, me hablaron de María Topete. Y su crueldad. Después, en los tomos de Tomasa Cuevas, una recopilación de las presas del franquismo que habían sido sus compañeras, la Topete era un personaje transversal y recurrente. Vinculada a la sombra de niños robados, al odio hacia las madres... Entonces descubrí que la Topete pertenencia a un grupo de familias ilustradas, alta burguesía mezclada con la aristocracia. Se me hacia difícil que una mujer vinculada a la cultura y la vida cristiana se convirtiese en un ser tan insensible y perverso. Entonces intente buscar las razones que la transformaron en un pedernal. No hay nada que la justifique, pero necesitaba entenderla.
Madres encarceladas con sus niños durante la postguerra |
Ana: Cuando empecé a investigar el tema y el personaje de María Topete, enseguida empezaron a llegar a Garzón los primeros casos de denuncia de niños robados del franquismo, pero ya historiadores como Ricard Vinyes y Fernando Hernández Holgado, habían estado trabajando sobre el asunto. Todos están citados en el epílogo. También creo que los casos de ahora son distintos a los de la primera postguerra, aquellos tenían un componente ideológico y estos creo que responde a corruptelas y mafias, lo cual no significa que las leyes de adopción presentaran hasta los años 80 agujeros que algunos indeseables han aprovechado para traficar con niños.
Pilar: Rascafría.
Ana: Acojonada estoy de haber utilizado mi pueblo, pero era la única manera de creerme a Jimena que es un trasunto de todas las madres presas machacadas por el sistema y María Topete.
Ana: Yo también le prefiero, pero somos minoría. Hasta ahora la gente que lo ha leído se queda con Luis, que es el héroe prototípico del revolucionario. Ramón, en cambio, es el hombre vulgar que se mancha las manos y esta ahí al pie del cañón, en la sombra de la ambigüedad política. Ramón es de esos héroes estilo la lista de Schindler.
Pilar: Matilde Reig es mi personaje secundario favorito, me encanta.
Ana: Eso se lo debo a mi formación de periodista económica a la que nunca estaré suficientemente agradecida. Cuando empecé a ejercer de plumilla, Juan March, "el pirata", era un personaje intocable. El abuelo de los actuales March y hombre clave en la llegada del franquismo a España, aunque luego se peleó con él. Me habían contado que don Juan tuvo una secretaria, que era su novia, que competía en influencia con su propia nuera y se llamaba Matilde Reig. Me llamó la atención que cuando el mítico March sufrió un accidente de coche que acabó siendo mortal, en los 15 días que resistió hospitalizado, quien esta a los pies de la cama es Matilde, siempre fiel. Seguramente es una de esas mujeres que hubiera merecido una historia aparte si el oscurantismo no la tapara.
Hasta parecemos serias rodeadas de iPad y tes |
No os la leáis, os lo ruego. Que me da rabia dejar de ser una de las privilegiadas que ya sabe cómo acaba.
Siento no hacerte caso Pilar, pero lo voy a leer.
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