viernes, 4 de febrero de 2011

A qué se dedican las reinas de Jordania en la red mientras el pueblo se revuelve

Por Pilar Portero
@QueenRania tiene página web (en beta), canal en youtube, flickr, y una lista de amigos y seguidores devotos tanto en Facebook (581.475) como en twitter (1.431.730). Se mueve en la red como pez en el agua pero desde el 30 de enero ha enmudecido.A @QueenNoor, la anterior reina de Jordania, viuda del padre del marido de Rania, también es activa en twitter y facebook, pero a diferencia de su 'nuera' habla: "Egipto debe ser un modelo de transición pacífica". Ejem.
La foto que Rania ha colgado en su Facebook
Ambas siguen exactamente a 69 personas en twitter y ocupan su tiempo en tratar de mejorar la educación de los niños y las niñas en su país. El status del que disfrutan por ser altezas reales y codearse con los ricos y famosos del mundo occidental dicen ellas que lo aprovechan para concienciar y difundir su labor a favor de la educación y la integración de las mujeres en el ámbito profesional. Los Hello, Vogue y demás publicaciones ligeras del mundo se disputan su elegancia y alma caritativa. Desde las revistas femeninas nos las venden como el prototipo de mujer comprometida socialmente con las injusticias que se comenten en los países oprimidos -¿cómo el suyo, quizá?-. La versión española de Vanity Fair se estrenó en agosto de 2008 con Rania en la portada y un amplio desplegable en el interior. Una declaración de principios sobre el tipo de mujer moderna a la que se dirigen.

Rania tiene su propio canal en youtube QueenRania, presidido por el vídeo de un premio, el Tech Awars, otorgado por su labor humanitaria. Los últimos comentarios que coletean en la página de youtube emanan un descarado tufo publicitario al hilo de la tensión que se respira en Oriente Próximo (Middle East). Rania, ajena a las opiniones que le acompañan y con una notable profesionalidad, ofrece un discurso sobre la importancia de la tecnología y la educación. En twitter, sin embargo, existen desalmados que desconfían de sus modelazos dejándose llevar por las apariencias: "¿Está todavía Rania en la Paris Fashion week? (@ Queen Rania is still in the Paris Fashion Week?) o "Rania está tan silenciosa como un ratón estos días" ( None that I'm aware of & Queen Rania is as silent as a mouse these days), y "el malestar social se está extendiendo en Jordania también... Reina Rania debe estar temblando en sus zapatos de Jimmy Choo".



Grupos de malvados que no saben que Jordania es un aliado estratégico de Estados Unidos en la zona y que el rey Abdala subió al trono en 1999 prometiendo transformar su reino en un ejemplo de democracia. Bajo su mandato se han celebrado 4 elecciones pero su poder es tan grande que antes de ayer ha destituido al Gobierno que eligió el pasado noviembre para calmar el ansia de cambio de sus súbditos. Sin lograr, ni mucho menos, convencer al hastiado pueblo. Un millón de sus alrededor de 6,5 millones de habitantes son palestinos refugiados, que habitualmente se muestran en desacuerdo con la política local. Abdala, por si las moscas, ha colgado está misma semana un vídeo visitando a los pobres y preocupándose por sus condiciones de vida.

Mientras tanto Noor, la cuarta y última mujer de Hussein de Jordania, papá de Abdala, que tuvó que aguantar como su querido hijo, el joven príncipe Hamzah, se quedaba compuesto y sin reino al morir el monarca en 1999, observa desde la distancia de su twitter y hasta me la imagino escribiendo con su dulce sonrisa:
Noor Al Hussein
Independent media critical role to cover the truth of the Egypt story for lessons for all of us in region to learn from.
Algo así como "la cobertura de los medios independientes en Egipto es una lección para la región que todos debemos aprender". 
¿Qué quiere decir exáctamente la amiga de los Reyes de España y de empresarios tan poderosos como el mejicano de origen libio, Carlos Slim? Puede que se relama un poco -sólo una pizca porque ella también es una persona muy solidaria- con lo acojonado que debe estar su hijastro, el que le arrebató el trono a su pequeñín y su estupendísima consorte, Rania. No quiero pensar mal. Ala me libre.

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