viernes, 30 de julio de 2010

De qué hablo cuando hablo del libro que Zapatero y yo nos estamos leyendo

Por Pilar Portero

Es de Murakami y trata de correr y escribir, dos acciones que admiten múltiples combinaciones y hasta funcionan sin necesidad de interrelacionarse. "De qué hablo cuando hablo de correr" es el libro de este autor japonés que ha logrado el más difícil todavía, seguir siendo de culto a pesar del letal abrazo de las masas. Esto es lo pienso cuando pienso en José Luis leyéndolo a la vez que yo lo estoy devorando -el libro-.

(Atención a las gafas y al atuendo del presi para correr o ¿era sólo estilismo para la foto?)

Antes de dormirme tengo que leer. Es el único ritual consciente que encuentro en mi vida, aunque seguro que mi día a día está plagado de tics que repito con la alegría que produce la ignorancia. El sábado pasado abrí por primera vez "De qué hablo cuando hablo de correr". Me gusta el título. Primero por irónico. ¿Te acuerdas de "De qué hablamos cuando hablamos de amor", ese texto apaleado de Raymond Carver que le hizo famoso? Pues es uno de los autores a los que ha traducido. Y segundo porque es un resumén perfecto del contenido. Deja claro lo que vas a leer, el estilo y la prosa. Mi experiencia con Murakami se resume en tres novelas, "La caza del carnero salvaje", "After Dark" y "Tokio Blues". Así que me apetece saber que pasa por la mente de este escritor que salta con absoluta normalidad del fango a la fantasmagoría.

(Murakami, que tiene ya 60 añitos y está hecho un toro, estira antes y después de entrenar)

¡Oh, dios, no puede ser! El domingo después de leer en diagonal el panegírico que dedica El País a Zapatero de "He pasado noches sin dormir", me topo con el típico artículo de las vacaciones del ejecutivo, otra loa, y enseguida distingo el título del libro que yo acabo de empezar. Jooooder -pienso- como voy a reconocer que tengo entre las manos lo mismo que el presidente. Una elección, que os podéis imaginar, no ha soltado al azar. Detrás está la labor de sus asesores buscando el libro que mejor encaje y claro, este es estupendo para el momento. No habla de crisis, ni de paro sino de como prepararse mentalmente para correr largas distancias -deporte que practica ZP-, de la soledad del hombre ante un reto personal... Buff, encaja si.

Tanto el escritor como el político corren una media de 10 km al día. Demasiado. Si reflexionas, Zapatero gasta también esa economía expresiva tan característica de los japoneses. Una diferencia notable: Murakami corre, a no ser que el frío se lo impida, con el torso desnudo mientras que el presi no se quita la camiseta holgada.

Superado el impulso de abandonar su lectura, vuelvo al libro esa misma noche. "No soy humano. Soy una pura máquina. Y, como tal, no tengo que sentir nada. Simplemente, avanzar", mientras leo el mantra que Murakami se repite durante los últimos kilómetros del único maratón de 100km en el que participó, visualizo a Zapatero con la luz de la mesilla encendida y Sonsoles dormida a su lado. Es tarde. La 1.30 de la madrugada. Por primera vez siento que comparto algo con él. 230 páginas, exactamente.

Aunque la letra es grande y la lectura fácil, trato de ir más despacio para acabar a la vez que él pero no se si podré aguantar. Zapatero ha anunciado que aprovechará las vacaciones para terminarlo. ¿Por qué tarda tanto? Se recreará en cada frase o volverá a saborear los hitos de Murakami como cuando corrió él sólo y en silencio, "sin público, sin cinta de llegada a la meta, sin entusiastas gritos de ánimo, sin nada", el recorrido originario del maratón, de Atenas a Maratón, unos 40 kilometrillos. Se sentirá reflejado. Zapatero ha contado en diversas ocasiones que las decisiones importantes las toma consigo mismo, concentrado. Le imagino en la inmensidad de su despacho con las cortinas echadas, paseando con las manos sujetas a la espalda, sentándose, meditando con la vista perdida en un punto, acercándose al balcón y oteando el jardín convencido ya de que ha dado con la solución acertada. A él tampoco hay ser humano que le aplauda pero en su interior, la satisfacción se abre paso. Suena una música de fondo, creo distinguir una orquesta... Cierro el libro y echo a correr.

Nota: "De que hablo cuando hablo de correr" descubre a un sistemático y metódico Haruki Murakami. A una persona dispersa por naturaleza como yo, le produce cierta inquietud, en ocasiones miedo, toparse con voluntades tan inflexibles. Genio o patología. Yo diría que una combinación perfecta de ambas. Si te gusta escribir, o correr, o leer, ve tras él.

1 comentario:

  1. Podrás leer la reseña que va a escribir Sindo para Babelia dentro de poco... Pilar, nadie que haya corrido una maratón dice que son "unos 40 kilometrillos". Sabe perfectamente que son 42 kilómetros y 195 metros. Como dice Murakami en ese libro, el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Y esos 2195 metros que no has incluido son metros que se sufren y no se olvidan...

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