Por Pilar Portero
Galicia se ha convertido en la auténtica experiencia piloto del PP y Núñez Feijóo en el típico empollón que hay en cualquier clase. Por mucho que Cospedal venda su política de recortes como ejemplo de lo que el PP hará cuando se instale en la Moncloa, el silencioso campo de pruebas de Rajoy está en su tierra. Núñez Feijoo ríe las gracias a Rajoy en la plaza de Pontevedra a mitad de agosto |
"Vamos a practicar la mediocridad moderada entendida desde la lógica calvinista. Nada de cohetes y grandes anuncios". Esta frase la soltaron a dúo dos de los hombres de confianza de Rajoy el pasado mes de abril, antes de que se llenara de gaviotas el mapa de España el 22M. Hablábamos sobre los planes de gobierno del presidente popular cuando ni tan siquiera existía el horizonte del 20N. "Austeridad. Una estrategia de austeridad sólida es lo que caracterizará nuestro gobierno. Queremos más sociedad y mejor gobierno. Si quieres saber qué vamos a hacer, fíjate en Núñez Feijóo en Galicia, porque es un modelo para el PP nacional". El propio Rajoy ratificó el pasado julio que es el espejo en el que mirarse. Y es que desde que ganara las elecciones en marzo de 2009, este barón que siempre ha cerrado filas en torno a su líder, ha aceptado el papel de 'obrero' del cambio, ese que ya anuncia su campaña electoral con el lema 'Empieza el cambio'.
La "ejemplaridad pública" se ha convertido en el mantra favorito de los presidentes regionales del PP. Presumen de su capacidad para el tijeretazo sirviéndose de gestos popularechos como la supresión de conductores y de coches oficiales aunque el ahorro sea anecdótico en relación a la deuda, que están pagando los de siempre: los parados, los dependientes, los estudiantes... en fin, la abnegada y sufridora clase media. "Vamos a hacer mejor que nadie los deberes. Queremos sacar un 10", insisten fuentes de la cúpula popular que añaden: "Reivindicamos la moderación y el diálogo aunque ganemos por mayoría absoluta. Hay que sacar adelante acuerdos convenciendo". Aunque este punto en Galicia parece que se ha cumplido sólo de forma muy parcial, según explica un destacado ex dirigente del anterior gobierno. "El único acuerdo de cierto peso entre PP y PSOE es un texto para una nueva arquitectura de la televisión que está en trámite. Desde el principio han primado los desencuentros. Feijoo planteó nombrar al director de TV con consenso pero no fue así. En la Ley de Cajas si que llegó a acuerdo con el BNG. Hay luces y sombras".
Uno de los planes que más interesa al PP Nacional es la colaboración público-privada, que Pedro Puy, portavoz parlamentario del PP defendía en una reciente entrevista como uno de los hitos que pasarán a la posteridad. La idea ya funciona en toda España en las Obras Públicas. Por ejemplo, se construye una autopista y la pagan los usuarios con el peaje o la Administración de forma enmascarada. Lo que se fija es un límite al nivel de endeudamiento. El plan de Feijoo es trasladarlo a sanidad, servicios sociales y educación. Por ahora sólo se ha puesto en marcha en el futuro hospital de Vigo y se preve hacerlo con treinta y tantos centros de salud. Aunque desde la consellería de Hacienda se están parando los proyectos por falta de presupuesto porque esta modalidad es, al fin y al cabo, endeudamiento disfrazado. La cosa funciona así, según explica una fuente conocedora del sistema: "La empresa privada adjudicataria debe construir el hospital en unos terrenos expropiados y como contraprestación, disfrutará de la explotación de los servicios de cafetería, lavandería, parking y un pequeño centro comercial durante los próximos 25 años. Además, la Administración debe pagar dos cánones anuales, uno por la cesión del hospital y otro por su mantenimiento que supondrán unos 500 millones de euros en los 25 años, con un tipo de interés implícito del 8% o 9%, superior al mercado".
Las experiencias en Reino Unido demuestran que este modelo provoca problemas en la gestión interna. "Hasta ahora se opera con criterios de servicio público, pero pasará a primar el criterio empresarial", reflexiona un miembro de la oposición.
La autovia Carballo-Bedoias, es una de las obras más polémicas de Feijoo y que más páginas ocupan en los medios locales. El Gobierno socialista de la Xunta la impulsó para dinamizar una comarca marginada del eje económico gallego pero al llegar al PP, se anuló la licitación y se adjudicó de nuevo por un coste de 700 millones de euros, un 20% más cara.
Uno de los asuntos en los que Feijoo se ha adelantado al Gobierno Central es el catálogo de medicamentos gallego, en el que sólo se financian los fármacos más baratos. Aunque tras aprobar el Gobierno la obligación de los médicos de recetar por principio, y no por marca comercial, el catálogo está en el aire. "Desde el punto de vista político está bien, y eso que la gestión ha sido mala por falta de comunicación con los profesionales. Lo que ha resultado engañoso ha sido la eliminación de los incentivos a los médicos para que trabajasen por la tarde y se redujeran las listas de espera, que Feijoo anunció como paso previo a un sistema más operativo que no se ha producido. Así que las listas han vuelto a aumentar por la reducción de servicios", apunta un destacado socialista gallego.
De la apuesta por la innovación y la inteligencia competitiva que predican en Madrid, no se ve rastro en el experimento gallego. "Si desplegases un imaginario Google Maps verías que no existe fluidez ni conexión entre las universidades y el mundo empresarial. Nosotros vamos a hacer que esa chispa prenda" me aseguraban los dos hombres de confianza de Rajoy mientras me ponían como ejemplo la Secretaría de Innovacion de Galicia, dependiente directamente del presidente de la Xunta, que hasta el momento no ha dado ningún paso en ese sentido y que además carece de competencias en educación. La contratación de profesores se redujo en torno a 1000 el año pasado y cerca de 1300 este curso, lo que perjudica a la educación en el medio rural, donde niños de distinta edad y necesidades son agrupados en las mismas clases. Además ha desparecido la gratuidad y préstamo de los libros de texto, que se ha sustituido por ayuda a las familias con los umbrales de renta más bajos, quedando fuera muchos alumnos. La promesa de Galicia bilingüe acabó en tablas con un decreto que cada centro aplica a su manera.
Mis dos interlocutores, posibles ministros en el Gobierno de Rajoy, concluyen: "Vamos a dedicarnos a nuestras tareas sin aventurismo político, como embarcarse en la memoria histórica o en la alianza de civilizaciones. La austeridad es básica hasta en la promulgación de leyes. Hay 800.000 páginas en boletines y reglamentos. Vamos a facilitar la vida a la gente y a realizar apuestas estratégicas serias de país. Vamos a ser competitivos". ¡Qué lo veamos!
Muy majo Feijóo, pero al norte de Coruña y Lugo aún seguíamos esperando en la costa que llegara la A-8. ¿Qué pasó?. Que ganó Feijóo, y ganaron una serie de ayuntamientos los socialistas, y como castigo se desvió la A-8 por Vilalba (a la mayor gloria de Fraga?) y en la costa nos hemos quedado jodidos para otros 10 años mínimo.
ResponderEliminarSi lo que trae Marianete es lo mismo que nos está dando Feijóo, la llevamos cruda. Pero cruda, cruda.
Por cierto, no se puede decir de Feijóo que no sepa hacer su trabajo. Se está cargando la sanidad gallega tan rápidamente que va a alcanzar en nada a Espe como se despiste.