Así se gestó la ley Sinde: "De cada viaje a EEUU, ZP volvía con la cabeza caliente"

Por  Pilar Portero y Ana R. Cañil

Así se gestó la ley Sinde. Fuentes de distintas ministerios y de la Oposición, que han vivido de primera mano la presión norteamericana para que España actuara firmemente contra las descargas de la red, nos cuentan cómo nos convertimos en una 'experiencia piloto' para los lobbies de la industria de EEUU con la entrega del presidente Zapatero a la causa. Una versión actualizada de Bienvenido Mr. Marshall. Los intereses de los autores no se mencionaban.



"La presión de la industria americana ha sido tremenda. El asunto venía previamente del software, pero con diversas acciones logramos moderarlo. Antes que González Sinde, Carmen Calvo y César Antonio Molina -anteriores ministros de Cultura- habían padecido ya las exigencias estadounidenses. La Motion Pictures Association vino diciendo que habían identificado España como el país en el que se estaba produciendo una sangría mayor de descargas. Antes de que nos metieran en la lista 301-la lista negra de los países más piratas- Eran sus datos, pero yo, la verdad, es que no me lo creía porque hablaba con mis homónimos de otros gobiernos y todos tenían el mismo problema con la piratería", rememora un responsable de Industria, cuya versión de los hechos coincide con la de varios de los entrevistados.

"España se convirtió en su chivo expiatorio. Tenías la sensación de que eramos una especie de experiencia-piloto. Lo más grave es que nos pedían que actuásemos contra los particulares. La prioridad de los derechos fundamentales es distinta en España que en EEUU. Aquí, sencillamente es imposible". La fuente de Cultura que narra como nos veían como conejillos de indias avala las declaraciones del resto de entrevistados sobre la demanda de perseguir a los usuarios.

En Justicia, donde también se celebraron reuniones interministeriales para calcular cómo se podía satisfacer la petición, pusieron el grito en el cielo. "Partíamos de unas posiciones en las que se pedía romper el secreto de las comunicaciones para poder saber quién se está descargando contenidos con derechos de autor sin consentimiento. No queremos actuar contra los ciudadanos, no podemos convertir un ilícito civil en uno penal. El poder tiene que posicionarse.Y los argumentos para cerrarse en banda a esta posibilidad son, por orden: el secreto de las comunicaciones, la intimidad y la libertad de expresión", aclara otro de los implicados en el proceso, al que por sus palabras la ley no parece gustar mucho y que reconoce haber tenido que luchar bastante hasta conseguir consensuar el texto que ayer mismo se tumbó en el Congreso. "Los políticos no lo entienden o no lo quieren entender y estaban más cerca de la visión de EEUU que de la nuestra".

Pero ¿quién ejercía presión? Insistimos una y otra vez a los responsables entrevistados. "Los lobbies americanos. En realidad, la Coalición de Creadores la crearon esos mismos lobbies para asegurarse de que en España se cumplían sus objetivos. Y Aldo Olcese es su hombre en España", nos aclara una fuente cercana a Presidencia. "Era habitual que Hugo Llorens -diplomático norteamericano que desde septiembre de 2006 hasta abril de 2008 prestó servicios especiales en la embajada de EEUU en Madrid- se presentará en algunos ministerios acompañado de otros dos diplomáticos y el lobbysta de turno para insistir en el mensaje de 'sois los peores y esto hay que atajarlo'. Respondíamos que aquí no se puede ir por la vía penal y ellos replicaban que se necesitaba una ley más rápida, porque si pirateaban una película de estreno y el juez tardaba seis meses en actuar, el daño ya estaba hecho".

 LA CABEZA CALIENTE
"Cada vez que Zapatero iba de viaje a Estados Unidos, ya fuese a la ONU o a una cumbre económica o medioambiental, había un alto cargo americano encargado de ponerle la cabeza caliente y volvía que echaba humo, con prisas para que solucionaramos el tema urgentemente", relata uno de los asesores de la ley Sinde. Fue precisamente a la vuelta de uno de esos viajes, en el que se entrevistó por primera vez con Obama en la Casa Blanca el 13 de octubre de 2009, cuando el presidente decidió que la ley había que aprobarla ya. Como la Ley de Economía Sostenible estaba a punto de salir -27 de noviembre en el Consejo de Ministros- se decide meter con calzador un apéndice, la bautizada como ley Sinde, que pretende el cierre de webs de descarga por la vía rápida.

"A los americanos lo que más les importa y para lo que nos presionan sin descanso, es sobre las descargas y las fotovoltaicas", concluye un destacado político del PP al que el número dos de la oficina de Comercio de EE UU, Christopher Wilson, trató de convencer. Aunque no era necesario, ya que Zapatero estaba en el bote. Y no solo con las descargas, porque el presidente también prohibió a Miguel Sebastián recortar las primas de las fotovoltaicas -hay mucha inversión americana y una burbuja financiera en el sector- prevía petición de Obama y bajo la amenaza de que si se reducían, los bancos tendrían que provisionar con el nefasto efecto económico que eso produciría.

¿Para qué sirve esta ley si el procedimiento no es tan ágil como aparenta? preguntamos a uno de los técnicos del proyecto. "La interpretación de la ley es ambigua, ese es uno de sus puntos flacos, y tiene resquicios que permiten al demandado esquivar la responsabilidad. Al final, estar en la lista 301 como uno de los países con mayor índice de piratería perjudica la inversión extranjera. Los americanos estaban medianamente satisfechos con como había quedado la ley Sinde. Y eso que EEUU protesta mucho, pero luego en su país no hacen gran cosa. De rebote, también sirve para que la industria española se calme".

OLVIDO DE LOS AUTORES
En ninguna de las conversaciones que hemos mantenido para este post, se ha reparado ni un segundo en los autores. A los que la industria y el poder sólo recurren para utilizar su nombre y sus derechos en beneficio propio. El debate en twitter sobre la propiedad intelectual y los derechos de autor es nutritivo. Al hilo, @iurquizu me pasa un estudio de dos profesores norteamericanos que evidencia que las canciones que más se descargan son también las que más se venden. "El documento -analiza Urquizu- tiene una 'pega' que no resuelven. Que dos fenómenos se produzcan al mismo tiempo no significa que haya causalidad. Es decir, que las canciones que más se descargan son las que más se venden no significa que una cosa sea consecuencia de la otra. Puede ocurrir que, en el fondo, lo que ocurre es que son las más populares y, por ello, se producen los dos fenómenos al mismo tiempo".


Al final, la disposición final segunda del texto de la Ley de Economía Sostenible salió anoche de la misma ley que había fagocitado y en la que fue incluida a la desesperada. Lo cual, proporciona un margen para tratar de alcanzar un acuerdo más lógico y meditado. Porque lo que está claro, es que los políticos no van a renunciar a 'poner puertas al campo' como en tantas ocasiones nos han manifestado. Al menos, que no tengamos que tragar con las imposiciones de EEUU. Ahora va a resultar que la generación de izquierdas que hizo bandera del anti-imperialismo, lo sobó tanto que ahora quieren redimirse sin pudor desde la otra orilla.